Fotoprotección solar adaptada a todos los fototipos
Conocer los efectos de la radiación ultravioleta en la piel y qué nuevos filtros y activos se están desarrollando para combatirlos ayudan a dar el mejor consejo farmacéutico.
La piel cuenta con mecanismos de defensa frente al sol que no son suficientes, por lo que se hace indispensable el uso de protectores solares que, además, previenen su envejecimiento prematuro
Utilizar protección solar los 365 días del año es una máxima que quien más y quien menos ya empieza a interiorizar. Pero, ¿la población ha aprendido a protegerse del sol? ¿Utiliza el protector más conveniente según su tipo de piel? ¿Busca el asesoramiento adecuado? Lo cierto es que en cuestión de protectores solares la ciencia no descansa y la farmacia es el lugar más adecuado en el que buscar asesoramiento profesional.
La radiación solar aporta cosas buenas y cosas malas a nuestro organismo. En el primer caso, el sol ayuda a sintetizar la vitamina D tan necesaria, aunque siempre en la dosis adecuada, ya que un exceso es tan dañino como su defecto. Por el contrario, una alta exposición solar puede derivar en quemaduras o eritemas, aunque también es la causa de lesiones menos visibles de forma inmediata, como puede ser un cáncer de piel. La piel cuenta con mecanismos de defensa frente al sol que no son suficientes, por lo que se hace indispensable el uso de protectores solares que, además, previenen el envejecimiento prematuro de la piel.
Las principales novedades en cuanto a protección solar se encuentran en tres conceptos: fotoprotector para todos los fototipos, fotoprotección con color y productos multifuncionales, asegura Aurora Garre Contreras, corporate medical communication marketing manager de Isdin. “Pese a que resulta fundamental seguir insistiendo en la necesidad de defendernos de los rayos solares durante todos los días del año, no vale hacerlo de cualquier manera porque para que sea efectiva hay que buscar aquel producto que mejor se adapte a cada fototipo de piel”, asegura.
Los protectores solares deben demostrar científicamente que son eficaces a largo plazo y seguros. Su objetivo debe ser salvaguardar de las radiaciones ultravioleta B y A, la luz visible (Hevis) y los infrarrojos A (IRA); pero ningún producto, hasta la fecha, es capaz de garantizar una protección total, por lo que se deben complementar con las barreras físicas: gafas de sol, sombreros, ropa que proteja, etc.
Recientes estudios han puesto de manifiesto que los protectores solares centrados en proteger únicamente frente a los rayos UVA y UVB no estarían brindando una protección completa. Gran parte de las investigaciones sobre los efectos del sol se han centrado en la luz ultravioleta (UV), principalmente en las longitudes de onda UVB, lo que ha hecho que muchos de los productos frente al sol se han desarrollado para minimizar la exposición a los rayos UVB. Aunque hay cada vez más estudios sobre el impacto de la luz UVA y la luz visible, se sabe que esta última comprende aproximadamente la mitad de la radiación solar que llega a la superficie terrestre y que es capaz de inducir la hiperpigmentación en personas con fototipos de piel de IV a VI, así como exacerbar trastornos pigmentarios como el melasma.
Por tanto, dependiendo del color que tenga cada piel los problemas que pueden terminar ocasionando las radiaciones solares van a ser diferentes. Así se recoge en una guía que acaba de publicar la Academia Americana de Dermatología (AAD) en la que destacan como principal recomendación la necesidad de ajustar la fotoprotección a los distintos fenotipos. “Tenemos que pasar del concepto clásico de utilizar productos para protegernos de las quemaduras solares y el desarrollo del cáncer de piel, para pasar al de cuidar la piel de la mejor manera en función del fototipo”, dice la especialista. Cada fototipo de piel, explica, envejece de forma diferente; en los tonos claros se es más propicio a sufrir quemaduras, cáncer de piel y al envejecimiento cutáneo prematuro. En el caso de los más oscuros, va a haber menos quemaduras, sin embargo, habrá más manchas en la piel, más profundas y más persistentes.
En 2018, un panel de dermatólogos y fotobiólogos de la AAD estadounidense determinaron que la protección UVA/UVB por sí sola no es suficiente para la salud general de la piel, especialmente en los tipos de piel oscura. “¿Quién no ha oído o pensado que las personas con piel más morena no llegan a quemarse y, por lo tanto, no necesitan fotoprotegerse?”, se pregunta la portavoz de Isdin. “Estas personas pueden quemarse y pueden terminar desarrollando un melanoma, si bien es verdad que con menor frecuencia que las personas con fototipos bajos”, asegura la experta.
En el caso de los fototipos altos los excesos del sol aparecen en forma de manchas o de melasmas o pigmencaciones posinflamación, problemas que, además de su repercusión en la piel, producen auténticos problemas en la calidad de vida de las personas, asegura Garre. De hecho, constituyen uno de los principales motivos de consulta en las oficinas de farmacia y también en las consultas de los dermatólogos.
Fotoprotección con color
En estos casos, se puede recomendar la utilización de fotoprotectores con color. “Siempre hablamos del uso del color como un recurso estético, pero en este caso puede ayudar a prevenir la recidiva de los efectos solares”, dice la experta, quien recuerda que, además de la fotoprotección adecuada al tipo de piel, se debe seguir la recomendación de siempre de reaplicar cada dos horas.
La luz azul influye en los efectos de las demás radiaciones, ya que produce un exceso oxidativo, indica Garre, acelerando la aparición de eritemas, el envejecimiento prematuro o la formación de manchas más precoces, intensas y duraderas. En las pieles oscuras con fototipo de IV a VI, la luz visible aumenta la síntesis de melanina en la piel y esta sube a capas superficiales de la piel, lo que incrementa la pigmentación cutánea, tal como indica en su blog Gema Herrerías, vocal de Dermofarmacia del Consejo Andaluz de COF y fundadora de A5 Farmacia, ubicada en Sevilla.
Por su parte, en las pieles claras con fototipos I y II, que están continuamente expuestas a luz azul, también puede llegar a causar una pigmentación más oscura.
Como protección de la luz visible se emplean los filtros ópticamente opacos, como las formas no micronizada de óxido de zinc y dióxido de titanio y el óxido de hierro (rojo, amarillo y marrón) como pigmento. Éstos últimos son los empleados también para darle diferentes tipos de color al fotoprotector. “Su uso en personas con fototipos altos y en las que tienen manchas es más recomendable porque esos pigmentos reflejan la luz sin ser un filtro solar y es a quien más van a proteger”, argumenta Garre.
En este sentido, se han desarrollado maquillajes de color que se pueden añadir al protector solar para darle más tono a esos fototipos más oscuros.
Productos multifuncionales
Otro concepto novedoso en el campo de la formulación de fotoprotectores tiene que ver con los productos multifuncionales. Esto responde a la necesidad de individualizar cada vez más el consejo frente a la radiación solar, también recogida en la guía de la academia americana. En ella se señala que cada paciente debe recibir un régimen de manejo de protección de la piel individualizado y que el cuidado solar debe personalizarse en función del fenotipo, el grado de exposición al sol y la utilidad de las formulaciones e ingredientes individuales de los protectores solares. Se trata de buscar un fotoprotector que no solo contribuya a proteger del sol sino que también se adapte a aquello que cada persona necesite.
En ese sentido, se pueden encontrar fotoprotectores con múltiples funciones, pues aportan hidratación, reparan daños cutáneos, que contengan otras sustancias que añadan color, que reparen la función barrera de la piel, entre otras. Mónica M. Bernardo