Psoriasis, también presente en los niños
Se trata de una enfermedad crónica del sistema inmunitario que se manifiesta en la piel a través de placas rojizas
Sofía Larrucea
Aunque puede aparecer a cualquier edad, a un tercio de los pacientes adultos les apareció durante la infancia. Cuando la enfermedad se manifiesta en esta época es cuando se le conoce como psoriasis pediátrica. No es que sea diferente a la del adulto, remarca Asunción Vicente, especialista en dermatología pediátrica del hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, sino que en los niños se tarda un poco más en diagnosticar debido a que la sintomatología puede parecerse a un eccema. “Los menores suelen hacer menos placas gruesas que los adultos”, apunta. Además, “hay un concepto erróneo al pensar que la psoriasis no existe en la infancia”, añade. Y nada más lejos de la realidad, pues se sabe que en nuestro país alrededor de un 1% de los menores de 16 años la sufren.
La psoriasis es una enfermedad crónica del sistema inmunitario que se manifiesta en la piel y es una de las afecciones dermatológicas más comunes. A nivel mundial la padecen hasta un 3% de las personas. Suele aparecer en forma de placas y provoca lesiones rojizas, inflamadas y con relieve, habitualmente cubiertas por escamas de color blanco plateado que suelen manifestarse en zonas de extensión como son los codos, las rodillas, el cuero cabelludo y la parte inferior de la espalda. Los niños, sin embargo, “pueden tener mucha afectación en la cara y en el cuero cabelludo”, aclara la dermatóloga. Si bien es cierto que puede aparecer a cualquier edad, se ha visto que acostumbra a presentarse en torno a los 30 años, como fue el caso de Ángeles Díaz, paciente de psoriasis desde hace 18 años y ahora vicepresidenta de la asociación Acción Psoriasis. Para ella, esta patología no sólo afecta físicamente debido a los picores (que no son pocos), sino que psicológicamente también puede influir seriamente en la calidad de vida. Y es que a pesar de los grandes beneficios que comportan los rayos solares para esta dolencia, Ángeles Díaz confiesa que ir a la playa en verano puede suponer un gran esfuerzo. “Tienes que aceptar que la gente te va a mirar, pues son manchas muy visibles y desagradables y no resulta fácil mostrar el cuerpo cuando tienes un brote”. Algo muy diferente a lo que le sucede a su hijo Llorenç Colomar, quien padece psoriasis desde los cinco años. Ahora, con 15, este joven y futuro posible músico cuenta a Medicina que para él la enfermedad no le ha supuesto ninguna traba en ningún momento de su vida. Él lo tiene claro, son peores las molestias físicas que las psicológicas. No existe tratamiento para su cura definitiva, pero se dispone de diferentes opciones que controlan la enfermedad inflamatoria, reducen los síntomas y mejoran la calidad de vida, ya sea a base de tratamientos tópicos, fototerapia o medicamentos sistémicos. Y es que a pesar de que la enfermedad clínicamente es muy similar independientemente de la edad a la que aparezca, quizás la gran diferencia se encuentre en el grado de aceptación por parte del afectado. “Los mayores tenemos que aprender a convivir con la enfermedad con la misma naturalidad con la que lo hacen los pequeños y esa, quizás, ha sido la gran lección que me ha dado mi hijo”, concluye Ángeles Díaz.