Indalecio Monteagudo, reumatólogo: “El primer año en la artritis reumatoide determinará la evolución del paciente”
SILVIA C. CARPALLO. Madrid. Comparte su actividad profesional entre la jefatura de sección de reumatología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y la del Hospital Ruber Internacional. Indalecio Monteagudo es un experto en enfermedades reumáticas, que hoy en día están relacionadas con casi la mitad de las incapacidades temporales en nuestro país. Los hitos, según este experto, pasan por haber comprendido los mecanismos de la enfermedad, y los retos, por conocer sus causas para una mejor detección precoz.
La mitad de las incapacidades laborales son producidas por una patología reumatológica, sin embargo socialmente no se reconoce su impacto ¿Cuáles son las más prevalentes y las más complejas?
Claramente porque no genera la alarma social que presenta un cáncer o un infarto. La artrosis es la enfermedad más prevalente, pero también estarían los reumatismos de partes blandas, síndromes doloroso crónicos o las fibromialgias. Desde el punto de vista de las enfermedades inflamatorias, que son las que marcan un poco más el deterioro de los pacientes, la más importante es la artritis reumatoide. Más complejas también sería todo el cuadro de colágenos, de vasculitis o de enfermedades raras. Forma parte de ese amplio complejo de más de 250 enfermedades reumáticas.
Recientemente ha señalado que el 41% de los pacientes con artritis reumatoide no sabe que el daño causado en las articulaciones es irreversible y el 20% desconoce que puede llegar a provocar incapacidad permanente, ¿qué consecuencias puede tener esta desinformación?
Es necesario que el paciente conozca que se trata de una enfermedad grave, porque acorta la vida entre 5 y 10 años; tienen más riesgo de enfermedades cardiovasculares que la población general, y muchas más incapacidades laborales. Además, provoca un deterioro estructural en el paciente que conlleva una disminución muy importante de la calidad de vida. Por todo ello es clave que el reumatólogo tenga una complicidad con el enfermo y, sobre todo, que exista un acceso rápido a la consulta del especialista. Lo que hagamos en la artritis reumatoide en el primer año va a determinar la evolución del paciente.
Aunque la artritis reumatoide hoy no tiene cura, ¿es posible paralizar los mecanismos biológicos que la producen para evitar peores consecuencias?
Las terapias biológicas han supuesto un antes y un después en el tratamiento de la misma. Hemos aprendido a evaluar el resultado de estos fármacos, a medir la enfermedad. Las terapias biológicas son herramientas absolutamente cruciales y lo demuestra el hecho que hemos conseguido que los pacientes ingresen menos, se operen menos, y disminuya los pacientes con invalidez. Aún así no hay que cantar victoria, porque un 25-30% de los enfermos todavía se nos escapan. Pero lo que sí que somos capaces ahora es de frenar la actividad de la enfermedad. Si la cogemos al principio y le damos el tratamiento adecuado, podemos cambiar el curso natural de la artritis reumatoide porque paramos la inflamación. Si no hay inflamación no hay daños, y si no hay daño articular, no hay deterioro estructural.
Igualmente la revolución de los tratamientos viene ligada a un mayor conocimiento de la etiopatogenia de estas patologías reumatológicas, de su génesis, ¿cómo va a cambiar esto los tratamientos en el corto y en el largo plazo?
Si conoces la causa que provoca la enfermedad es más fácil combatirla. Se ha avanzado mucho en el conocimiento de los mecanismos de estas enfermedades, pero seguimos sin conocer las causas concretas. Siempre hablamos de que hay un terreno genético predispuesto, pero también hay un antígeno que pone en marcha la enfermedad. Lo crucial de estas enfermedades es que es una respuesta inflamatoria que se autoperpetua, y gracias a que conocemos esos mecanismos estamos asistiendo a una revolución en las terapias. Pero aún nos queda tener más conocimiento sobre las causas.
Otra de las grandes luchas de los reumatólogos es mejorar el tratamiento del dolor. ¿Ha avanzado la investigación en este sentido?
Las enfermedades reumáticas causan diferentes tipos de dolor: un dolor mecánico relacionado con el uso de la articulación dañada, como en la artritis; el dolor inflamatorio que causa rigidez matutina y en reposo, como en la artritis reumatoide; o el dolor de síndromes dolorosos crónicos, etc. El dolor es lo primero que un médico de cualquier especialidad tiene que tratar, porque le transmites al enfermo una sensación de bienestar. En este sentido hay que destacar el trabajo de las unidades de dolor crónico que abordan al enfermo de una manera multidisciplinar y eso es clave. Igualmente es destacable que ahora contamos con un arsenal de medicamentos muy importantes para el tratamiento del dolor, pero también hemos avanzado utilizando diversas combinaciones de fármacos, medidas locales y tratamientos de diferentes especialistas.
Hay diferentes tipos de dolor, pero también diferentes tipos de pacientes. España cuenta con unidades de prestigio internacional en reumatología pediátrica, ¿sigue siendo ésta una gran desconocida?
A nivel popular se piensa que las enfermedades reumáticas son patologías de personas mayores, pero muchas de ellas debutan en la edad infantil. Es cierto que en nuestro país existen varios centros un alto nivel científico y profesional, y que tienen una importante actividad investigadora a nivel internacional, que entre otras cosas trabajan en la detección precoz, porque si es importante en los adultos, lo es mucho más en los niños. Lo que sí hemos conseguido, y de nuevo gracias a las terapias biológicas, es que ya haga años que no veamos niños con grandes secuelas, deformidades, necrosis, o con limitación de su desarrollo como los veíamos antes.
Ya que menciona la detección precoz, la Sociedad Española de Reumatología (SER) ha lanzado una campaña en este sentido en empresas. ¿Hasta qué punto la detección precoz aumenta las posibilidades de remisión?
Cualquier reumatólogo de cualquier punto de España te va aponer un tratamiento muy similar, la cuestión es que se acuda pronto al especialista, para que no se instaure un daño estructural en las articulaciones, como pasaba antes. Por ejemplo, una artritis reumatoide cogida en los tres o cuatro primeros meses, que son los cruciales, con un tratamiento adecuado, va a ser otra enfermedad que si la dejas evolucionar un año o dos.
La crisis ha ampliado las posibilidades de trabajo en el sistema privado, sin embargo, la sanidad pública sigue siendo la principal salida tras la residencia en reumatología. ¿Cuáles son las opciones de futuro hoy de los reumatólogos?
La sanidad privada está siendo una alternativa para los médicos que acaban sus residencias, y es una vía a pensar en estos momentos en nuestro país, porque en la sanidad pública, la oferta de trabajo está en una fase de estancamiento. En cuanto a otras salidas profesionales, una de ellas está en la industria farmacéutica, que está contratando a muchos especialistas para desarrollar proyectos concretos.