Carlos Macaya, cardiólogo: “Las estatinas, lo que más ha reducido la mortalidad y los infartos”
LLUÍS ASMARATS. Conocí personalmente al Dr. Carlos Macaya hace tan solo unas semanas en el transcurso de una de las reuniones periódicas de la comisión médica de Barcelona Salud. Sin embargo, mis referencias de él no podían ser más amplías e interesantes. Además, se da la circunstancia de que nuestros hijos comparten práctica clínica en Palma de Mallorca. Este cardiólogo, que ha ostentado los cargos más representativos de su especialidad, es todo un referente en la medicina actual. Frente a una copa de saludable tinto español y un plato de jamón ibérico de bellota, comparto charla con Carlos Macaya en el recién inaugurado espacio Jamón Experience en la Rambla barcelonesa.
¿Cual crees que ha sido el mayor éxito de la cardiología moderna?
Es difícil quedarse con un solo éxito. Si la pregunta va dirigida a un cardiólogo clínico podría contestar que el uso de estatinas ha sido la intervención farmacológica que más ha reducido la mortalidad cardiovascular y los infartos. Si la pregunta se le hace a un cardiólogo experto en imagen podría contestar que el desarrollo de diferentes técnicas ha sido la clave en el avance de la cardiología y, finalmente, si se la hacemos a un intervencionista diría que los tratamientos cardiológicos por vía percutánea (acceso a través de la ingle o la muñeca sin necesidad de abrir el tórax), ha sido el avance más notorio para resolver las obstrucciones coronarias y valvulares, así como muchas arritmias cardiacas.
Uno de los mayores privilegios de nuestra profesión es el poder tener una relación personalizada con nuestros pacientes. En mi caso, siempre recordaré con especial cariño haber tenido a Vicente Ferrer como paciente, por su categoría humana. Me consta que le implantaste un stent a la madre Teresa de Calcuta. ¿Qué puedes decirme sobre aquella experiencia?
Como puedes imaginar, fue impresionante e inolvidable. Diez días en Calcuta (Bengala), antigua capital de la India. Entonces, año 1994, era una de las regiones más pobres y decadentes del país, quizá esa fue la razón de la madre Teresa de ubicar su residencia y el Cuartel General (MotherHouse) de las Misioneras de la Caridad. La paciente dijo que no se movería de Calcuta para ser tratada, por lo que tuvimos que buscar el hospital más idóneo para intervenirla, en eso gastamos mucho tiempo de negociaciones con los cardiólogos y cirujanos. Finalmente se optó por uno que no tenía cirugía cardiaca pero sí un laboratorio de hemodinámica moderno. El final fue feliz y sin problemas. El carácter y la personalidad de la madre Teresa eran extraordinarios. Era una mujer muy fuerte, una persona octogenaria con un físico muy disminuido por su esfuerzo continuo, las secuelas que conlleva y las enfermedades crónicas concomitantes que padecía. Sin embargo, su autoridad era patente, venerada por las visitas vespertinas durante el rosario que se celebraba a diario, y casi temida por las novicias.
¿Consideras que la crisis económica actual puede haber repercutido en la calidad de la formación de los especialistas e investigadores en nuestro país?
Los efectos de la crisis sobre los aspectos formativos e investigadores no los vamos a detectar de manera inmediata, pero con seguridad que tendrá un efecto negativo. ¿Cuánto? Esa es la cuestión que desconocemos y que será diferente en función de cómo los servicios de salud de las diferentes CCAA afronten la sanidad.
Cada vez son más los médicos de urgencias interesados en la ecocardiografía y en la creación de unidades de dolor torácico. ¿Crees que su generalización puede contribuir a mejorar la calidad asistencial en urgencias o de no llevarse a cabo por especialistas podría ser perjudicial?
Interesante pregunta en un momento donde los médicos de urgencias reclaman la especialidad y el resto de especialistas, incluidas las sociedades científicas y las autoridades sanitarias, la cuestionan o rechazan. Las técnicas per se se pueden llegar a simplificar, generalizar e incluso lo que denominamos, no de forma despectiva, vulgarizar. A la ecocardiografía convencional le está ocurriendo lo mismo que le pasó a la electrocardiografía hace 40 o 50 años. Hoy, los médicos intensivistas la utilizan casi de rutina y sin lugar a dudas ello contribuye a mejorar la calidad asistencial, de igual forma la pueden utilizar los médicos de urgencias. Evidentemente será para realizar diagnósticos sindrómicos y no entrar en detalles o complejidades que las tienen algunos enfermos. Lo importante son las competencias y responder afirmativamente a la pregunta de si un determinado médico está formado para realizar e interpretar ecocardiogramas.
¿Qué utilidad tiene el diagnóstico genético en cardiología?
Puede ser muy útil en algunas enfermedades cardiovasculares. No obstante, sus recomendaciones están reducidas a unos pocos pacientes, o familiares de pacientes, con una patología cardiovascular relativamente poco prevalente pero grave. Son pacientes con sospecha de arritmias malignas, letales y además suelen ser jóvenes y con poco sustrato morfológico de su enfermedad cardiovascular (síndromes del QT largo, Brugada, etc.). Se trata de buscar alteraciones (mutaciones) de los genes pero, lamentablemente, la especificidad es también limitada al encontrarse bastantes variantes genéticas en dichas enfermedades. No obstante, dado el mal pronóstico de algunos casos, se han desarrollado consultas de consejo genético, especialmente para familias donde existe una historia de familiares directos que han sufrido muertes repentinas.
Recientemente se ha presentado la iniciativa Barcelona, ciudad cardioprotegida, con la finalidad de instalar desfibriladores automáticos en las farmacias de la ciudad. ¿Crees que esta iniciativa debería estar en marcha en otros países?
Por supuesto, pero no sólo en otros países sino también en otras CCAA y también en otros lugares de alta frecuentación. Uno se pregunta ¿por qué en las farmacias? A ellas acuden generalmente personas con problemas médicos y, por otro lado, el farmacéutico no deja de ser un profesional sanitario, lo que le facilita y familiariza con la resucitación cardiopulmonar, maniobras tan necesarias a la hora de aplicar el desfibrilador en una persona que lo precise.
PERFIL
Carlos Macaya Miguel (1951, Lleida) es uno de los pioneros de la cardiología intervencionista en nuestro país. Es catedrático de la Universidad Complutense de Madrid. Tras una dilatada trayectoria profesional, desde hace años es jefe de servicio del Hospital Clínico de San Carlos de Madrid. Recientemente ha sido nombrado presidente de la FACME (Federación de Asociaciones Científico- Médicas Españolas). De 2009 a 2011 presidió la Sociedad Española de Cardiología. Es autor de innumerables publicaciones científicas tanto nacionales como internacionales. Además, es miembro del comité médico de la Asociación España Salud.