Cáncer de próstata: se duplicarán los casos en los próximos 15 años, pero también diagnósticos y terapias más precisas

Entre 2020 y 2040, los casos pasarán de 1,4 millones a 2,9 millones anuales en el mundo. Pero, también avanzará el éxito en diagnóstico temprano y terapias iniciales y avanzadas.

Cada año se diagnostican alrededor de 34. 000 nuevos casos de cáncer de próstata en España, según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Se trata del tumor más frecuente en varones y la tercera causa de muerte por cáncer en este grupo de población, estimándose que uno de cada cuatro hombres padecerá cáncer de próstata alguna vez en su vida. Por ello, es muy importante potenciar la prevención y la necesidad de revisiones anuales a partir de los 50 años.

Según Luis A. San José Manso, jefe de Sección del Servicio de Urología del  Hospital Universitario La Princesa, en Madrid, a nivel mundial, el cáncer de próstata es la segunda neoplasia más frecuente diagnosticada en hombres, con aproximadamente 1,5 millones de nuevos diagnósticos al año. En España, fue el más frecuente diagnosticado en hombres en el año 2023, al igual que en 2022, con cerca de 29.000 nuevos casos, seguido por los de colon y recto (26.357), pulmón (22.266) y vejiga urinaria (17.731).

“Como sabemos, en las últimas décadas, el número absoluto de cánceres diagnosticados en nuestro país ha aumentado a causa del aumento poblacional, el envejecimiento, la exposición a factores de riesgo – tabaco, alcohol, contaminación, obesidad y sedentarismo, entre otros-, y al igual que ocurre en los cánceres colorrectal, mama, cérvix, por el aumento de la detección precoz”.

De hecho, los datos de un estudio que publicaba The Lancet alertaban sobre un inminente aumento en los casos de cáncer de próstata a nivel mundial. Los hallazgos proyectan que en los próximos 15 años se duplicarán los casos de esta enfermedad. Según las estimaciones del citado trabajo, entre 2020 y 2040, los casos de cáncer de próstata pasarán de 1,4 millones a 2,9 millones por año a nivel mundial. Datos que ponen de manifiesto que esta enfermedad sigue siendo un importante desafío de Salud Pública que debe acompañarse de medidas que potencien la investigación, la prevención y la educación con el objetivo de reducir su impacto.

FACTORES INTERNOS, EXTERNOS Y GENÉTICOS 

El envejecimiento, según puso de manifiesto San José Manso con motivo de una jornada de actualización sobre este tumor celebrada en el Hospital Universitario de La Princesa, es uno de los principales factores de riesgo para su desarrollo, según han demostrado estudios de autopsias, “situando su prevalencia en torno al 60% en mayores de 80 años”.

No obstante, los especialistas también advierten que hay gran variedad de factores externos y ambientales que se han planteado como asociados al riesgo de desarrollo de cáncer de próstata o que son importantes de cara a la progresión del mismo, al igual que ocurre en otros muchos tipos de cáncer. Por ejemplo, “la presencia de síndrome metabólico o hipertensión arterial se han asociado con mayor riesgo. Igualmente, la hipercolesterolemia y la obesidad suponen factores de riesgo en este sentido”, indica José Ángel Gómez Pascual, jefe de Urología del Hospital Quirónsalud Málaga.

El cáncer de próstata puede tener también un factor hereditario; por ello es tan importante si existe historia en la familia directa comenzar los chequeos a partir de los 45 años. “Los controles deberían comenzar a los 40-45 años si se tiene un familiar de primer grado que ha padecido un cáncer de próstata o si se tiene el gen BRCA2 positivo, ya que se sabe que ambas condiciones se relacionan con un aumento del riesgo de presentar ciertos cánceres, como el cáncer de próstata”.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la incidencia y mortalidad por cáncer de próstata han aumentado en los últimos años, lo que lo convierte en un problema de salud pública significativo. “Afortunadamente, los avances en la detección precoz y los tratamientos han mejorado considerablemente el pronóstico para muchos pacientes”, señala François Peinado, jefe de Servicio de Urología del Centro médico-quirúrgico Olympia y del Hospital Ruber Juan Bravo en Madrid.

Los avances en métodos de detección precoz y los actuales tratamientos han conducido a que un mayor control de esta enfermedad en la que, sin duda, el diagnóstico temprano es fundamental para mejorar el pronóstico.

En España, la detección del cáncer de próstata a menudo se realiza mediante la medición del antígeno prostático específico (PSA) en sangre y el examen digital rectal (DRE)”, asegura Peinado quien indica que “la práctica de cribado con PSA ha sido objeto de debate, pero se utiliza comúnmente para detectar el cáncer en sus etapas iniciales, cuando el tratamiento puede ser más efectivo”.

DIAGNÓSTICO TEMPRANO CON TODAS LAS HERRAMIENTAS 

Gómez Pascual explica que un chequeo urológico rutinario se completa con una consulta clínica con analítica de PSA, una exploración prostática, una uroflujometría y una ecografía prostática o una resonancia magnética multiparamétrica de próstata, que muestra de forma más precisa si existe algún tipo de lesión sobre la que se sospeche y que sustituye a la biopsia de forma aleatoria.

“El cáncer de próstata se suele diagnosticar en estadios precoces gracias a una analítica de la PSA. No hay que esperar a tener síntomas, ya que este tipo de tumor suele dar clínica en estadios más avanzados cursando síntomas del tracto urinario inferior, como serían disminución del calibre a la hora de orinar, intermitencia a la hora de orinar, goteo cuando está finalizando la micción, urgencia o ganas imperiosas de ir al baño”, dice este urólogo.

La biopsia de fusión, mediante el uso de imágenes conjuntas de resonancia magnética y ecografía transrectal, ha sido uno de los avances más significativos a la hora de biopsiar, y por tanto analizar, el tejido exacto en el que se sitúan las células cancerígenas.

Carlos Núñez Mora, jefe del servicio de Cirugía Urológica en MD Anderson Cancer Center Madrid, indica que este sistema fusiona con un software las imágenes de la resonancia magnética y de la ecografía tomadas previamente de la próstata del paciente. “Se obtiene así un mapa tridimensional de las zonas sospechosas que nos ayuda a realizar una biopsia guiada. Es especialmente relevante cuando tenemos que localizar, por ejemplo, una lesión muy pequeña, de apenas 4 mm, en una próstata de 60 cm3, casos en los que la técnica se complica notablemente”.

Otra ventaja del sistema de fusión es que evita las llamadas biopsias de saturación, una técnica que se utilizaba previamente cuando no tenían este tipo de tecnología. “Años atrás, para evitar diagnósticos erróneos, se podían realizar más de 40 biopsias al mismo paciente si era necesario. De esta manera, se aseguraban de que el margen de error fuera muy pequeño. En la actualidad, se recogen entre 3 y 4 muestras de la zona sospechosa y luego se hace un mapeo de 6 o 10 tomas”. Se consigue por tanto que la prueba sea menos invasiva para el paciente”.

Gómez Pascual añade que la biopsia por fusión es la herramienta clave diagnóstica de los últimos tiempos, “al permitir ajustar el nivel de detección del cáncer de próstata más allá del 95%, sin ir a ciegas, sin falsos negativos… De todas las herramientas diagnósticas disponibles, la biopsia por fusión es la que arroja la información más definitiva, tanto es así que permite diagnosticar un 30% más de cánceres agresivos, que hubieran pasado desapercibidos por la biopsia clásica”.

Además, y según Núñez Mora, el dispositivo presenta una ventaja en relación con las terapias focales. “En el caso de que el paciente sea candidato de hacer una terapia de este tipo (cáncer de próstata de bajo riesgo), los médicos ya tienen las imágenes fusionadas de la lesión guardadas en el sistema. Con esa misma fusión, el equipo puede comenzar una terapia focal mucho más dirigida dado que tiene identificada la lesión a tratar y el punto exacto en el que se encuentra”.

En este sentido, este urólogo indica que el tratamiento focal del cáncer de próstata es un tratamiento altamente selectivo y mínimamente invasivo, con excelentes resultados en casos seleccionados y con mínimos efectos secundarios en cuanto a preservación de la continencia urinaria y la potencia sexual. R.Serrano/S. Moreno (DM)

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