Una nueva técnica evita extirpar todos los ganglios linfáticos a las pacientes con cáncer de mama
Se está implementando una nueva técnica para mejorar la calidad de vida de las mujeres que sufren cáncer de mama y que han tenido que ser intervenidas quirúrgicamente para quitarles algún ganglio afectado. Esta nueva técnica se ha llevado a cabo gracias a la coordinación entre diferentes servicios (Ginecología, Oncología, Radiología, Anatomía Patológica y Medicina Nuclear) y pretende evitar que a muchas pacientes se les tenga que realizar una linfadenectomía, es decir un procedimiento quirúrgico en el que se extraen los ganglios linfáticos y se examinan para determinar si contienen cáncer.
Este nuevo procedimiento se conoce como TAD (Targeted Axillary Dissection), y ya ha mostrado resultados satisfactorios. Estos avances son importantes porque se calcula que un 20% de las pacientes de cáncer de mama tienen los ganglios axilares afectados. En estos casos, hasta hace poco primero se aplicaba un tratamiento de quimioterapia y después se le quitaban todos los ganglios. Posteriormente se comprobaba que, en un 40% de los casos, al terminar la quimioterapia tenían curados los ganglios y no habría sido necesaria la linfadenectomia. Con la aplicación del TAD conseguimos tener localizado el ganglio afectado ya que antes de comenzar el tratamiento de quimioterapia se marca el ganglio afectado con un clip y una vez acabada la quimioterapia, lo tenemos localizado para extirparlo, además de quitar el ganglio centinela, que siempre se extrae. Cuando se quitan todos los ganglios (linfadenectomía) existe un mayor riesgo quirúrgico, además de que también se produce braquidemia, es decir la hinchazón del brazo con el paso de los años. En cambio, si se tiene localizado el ganglio afectado se extirpa solamente este y la paciente gana considerablemente en calidad de vida.