VALENTÍ FUSTER, CARDIÓLOGO. “Lo más importante es promover la salud antes de que empiece la enfermedad”
Valentí Fuster es uno de los cardiólogos españoles más prestigiosos y reconocidos, cuya prolífica carrera docente e investigadora ha aportado grandes hallazgos y desarrollos. Actualmente compagina su cargo como director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de Madrid con el de director médico y director del Instituto Cardiovascular del hospital Mount Sinai de Nueva York. Además es presidente de la Fundación Privada SHE (Science for Health and Education) y editor Jefe del Journal of American College of Cardiology (JACC), entre muchas otras ocupaciones.
Su objetivo es la promoción de la salud integral de la población y sus últimas estrategias científicas ahondan en entender el envejecimiento cardiovascular saludable, analizando otras implicaciones como pueden ser las cerebrales. Además, valora mucho la tecnología y la inteligencia artificial. Eso sí, con ciertas precauciones.
¿El futuro de la salud cardiovascular es la prevención? Los últimos registros de factores de riesgo como la obesidad aumentan alarmantemente…
No solo las tasas de obesidad sino la diabetes, presión arterial… El 50% de la población con presión arterial alta ni lo sabe y del 50% que tiene constancia, solo se trata la mitad.
Vivimos mal nuestra salud. La sociedad consumista nos priva de lo importante a largo plazo: la calidad de vida más que la cantidad de vida. Estamos acribillados por el tiempo y la competitividad. Por ejemplo, fumar es un gesto para calmar la ansiedad y la mayoría bebe más alcohol de lo que debería.
La prevención es absolutamente esencial, pero más importante es promover la salud antes de que empiece la enfermedad, comenzar antes de que haya factores de riesgo. De hecho, me gusta hablar de educación positiva, no de prevención, que es un término que ha perdido valor. Hay que promover la salud desde la positividad y la motivación, y esto lo tiene que hacer uno mismo desde el principio de la vida. Por eso estoy tan involucrado con los niños, que aún no tienen factores de riesgo cardiovascular. Es muy diferente a una persona que ya tiene obesidad o presión arterial alta, que está harta de que le digan `deje de fumar, `deje de beber´…
En este sentido de promover la salud encontramos su proyecto Healthy-Communities, ¿en qué consiste y qué resultados se están obteniendo?
Es un proyecto con unas implicaciones interesantes que se extenderá hasta 2030. Se trata de intervenir en la ciudad, en los niños y en las familias para que ellos mismos promuevan el cambio de paradigma de su salud. Lo hacemos en dos localidades, Cardona (ciudad de intervención) y Sallent (ciudad de control), analizando y desarrollando variables como que el ambiente tiene una influencia impresionante en la salud cardiovascular. Conlleva programas científicos de envergadura, de los que ya vamos teniendo resultados.
Si sabemos la importancia de cuidarnos, ¿por qué nos cuesta tanto hacerlo?
Está habiendo un cambio. Somos cardiólogos y la gente viene a vernos por problemas cardíacos pero si les hablas de la relación de esto con el cerebro, como han demostrado las investigaciones, hay un cambio radical. Hay un aspecto cultural que plantea ¿qué es más importante, la cantidad o la calidad de vida? No se trata de morir un día repentinamente y ya está. Si en la calidad de vida, que es lo que se pide, está involucrado un problema de demencia, las cosas cambian.
¿Qué peligros ve en la IA aplicada a la salud?
Es indudable que hoy por hoy hay que trabajar con la tecnología. Como editor recibo gran cantidad de ‘papers’ con las numerosas invenciones que hay. La tecnología nos prolonga la vida. Tiene aspectos positivos y negativos, pero el conjunto final es que estamos usando la tecnología para sobrevivir a los aspectos negativos de la tecnología. La IA va a ser uno de los avances más importantes; un cambio radical en la práctica clínica y a nivel científico. Será interesante categorizando el fenotipo de las enfermedades, por ejemplo. Pero otro punto es la relación médico-enfermo, donde la IA no se puede convertir en una dictadura. Tenemos que ir con mucho cuidado. Es necesario que se regule por parte de gente con mucho criterio, gente de ética. Son esenciales el humanismo y los factores éticos. Por ejemplo, lo negativo del Chat GPT es que todo el mundo puede inventarse lo que quiera. Amparo Luque.