Una nueva vacuna registra prometedores avances en el abordaje de la artritis reumatoide
Investigadores de la Universidad de Toledo (Estados Unidos) han desarrollado una vacuna experimental que resulta “muy prometedora” para prevenir la artritis reumatoide, una dolorosa enfermedad autoinmune que actualmente no tiene cura. Los hallazgos, detallados en un artículo publicado en la revista ´Proceedings of the National Academy of Sciences´, podrían representar un importante avance en el estudio de la artritis reumatoide y las enfermedades autoinmunes en general.
La artritis reumatoide, una de las enfermedades autoinmunes más comunes, se produce cuando el sistema inmunitario del organismo ataca y descompone el tejido sano, sobre todo el revestimiento de las articulaciones de manos, muñecas, tobillos y rodillas. Algunas estimaciones sugieren que la artritis reumatoide afecta hasta al 1 por ciento de la población mundial.
“A pesar de su alta prevalencia, no hay cura y no sabemos del todo qué la provoca. Esto ocurre con casi todas las enfermedades autoinmunes, lo que dificulta su tratamiento o prevención. Si conseguimos llevar esta vacuna a la clínica, sería revolucionario“, apunta Ritu Chakravarti, profesora de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Vida de la Universidad de Toledo y autora principal del artículo.
Esta científica lleva años estudiando una proteína llamada 14-3-3 zeta y su papel en patologías inmunológicas, como los aneurismas aórticos y la interleucina-17, una citoquina asociada a las enfermedades autoinmunes. Basándose en su trabajo anterior, el grupo de investigación se centró en la proteína como posible desencadenante de la artritis reumatoide.
Sin embargo, descubrieron lo contrario. En lugar de prevenir la artritis reumatoide, los investigadores evidenciaron que la eliminación de la proteína mediante la tecnología de edición de genes provocaba una artritis grave de aparición temprana en modelos animales.
Trabajando bajo una nueva teoría de que la proteína 14-3-3 zeta protege contra la artritis reumatoide, el equipo desarrolló una vacuna basada en la proteína utilizando la proteína 14-3-3 zeta purificada cultivada en una célula bacteriana.
Comprobaron que la vacuna promovía una respuesta fuerte e inmediata, pero duradera, del sistema inmunitario innato del organismo, proporcionando protección contra la enfermedad.
“Para nuestra feliz sorpresa, la artritis reumatoide desapareció totalmente en los animales que recibieron la vacuna. A veces no hay mejor manera que la serendipia. Por casualidad dimos con un resultado erróneo, pero resultó ser el mejor. Ese tipo de descubrimientos científicos son muy importantes en este campo“, detalla Chakravarti.
Además de suprimir el desarrollo de la artritis, la vacuna también mejoró significativamente la calidad de los huesos, un hallazgo que sugiere que debería haber beneficios a largo plazo tras la inmunización.
En la actualidad, la artritis reumatoide se trata principalmente con corticosteroides, fármacos inmunosupresores de amplio espectro o biológicos más nuevos y específicos que se dirigen a un proceso inflamatorio concreto.
Aunque estas terapias pueden aliviar el dolor y ralentizar la progresión de la enfermedad, también pueden hacer que los pacientes sean más vulnerables a las infecciones y, en el caso de los biológicos, pueden ser costosos.
“Hace muchos años que no hacemos grandes descubrimientos para tratar o prevenir la artritis reumatoide. Nuestro enfoque es completamente diferente. Se trata de una estrategia basada en una vacuna con un nuevo objetivo que esperamos pueda tratar o prevenir la artritis reumatoide. El potencial es enorme“, remacha Chakravarti.
Los investigadores han solicitado la patente de su descubrimiento y están buscando socios de la industria farmacéutica que apoyen los estudios de seguridad y toxicidad de la vacuna, con la esperanza de iniciar un ensayo preclínico. M. T. T. (SyM)