Una mala salud bucal incrementa el riesgo de padecer algunas enfermedades sistémicas
La diabetes o la afección cardiovascular son algunos de los riesgos asociados a un mal estado de la boca
En algunos casos, incluso, el mal estado bucal de las embarazadas puede llegar a provocar un aborto involuntario
Sofía Larrucea
“La salud bucodental y la salud general no deben ser interpretados como entidades independientes”, con esta contundencia habla Laura San Martín Galindo, odontóloga y representante española del grupo Internacional de Salud Oral de la organización, World Federation of Public Health Associations (WFPHA), acerca de la influencia de la salud bucal sobre el estado del organismo en general. Contundencia que, a su vez, comparte su compañero de profesión Gonzalo López- Castro, especialista en periodoncia y cirugía de su propia clínica en a Pobra do Caramiñal, en La Coruña, quien afirma que la periodontitis puede actuar como un factor predictivo de otras dolencias sistémicas. Razón no les falta. Numerosos estudios demuestran que la enfermedad periodontal puede contribuir a la aparición y/o progresión de ciertas patologías sistémicas como, por ejemplo, enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias, artritis reumatoide, osteoporosis, obesidad, síndrome metabólico, así como complicaciones durante embarazo (nacimiento de bebés prematuros o de bajo peso son las más comunes). Sin olvidar que, recientemente, se ha vinculado la presencia de una bacteria oral, Fusobacterium nucleatum, con la aparición del cáncer de colon. “Este hallazgo, aunque está en proceso de investigación, podría abrir nuevas vías para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad”, apunta la especialista Laura San Martín.
Los mecanismos de conexión entre la cavidad oral y el resto del organismo pueden producirse principalmente a través de dos vías. La primera se debe al paso directo de la bacteriemia (producida por acciones rutinarias como el cepillado dental o la simple masticación) al torrente sanguíneo. Y la segunda se entiende al saber que, tras una inflamación sistémica, pueden elevarse los niveles de ciertos marcadores inflamatorios en la sangre, como es el caso de la proteína C reactiva (PCR), considerada un factor de riesgo cardiovascular. De momento, es en la enfermedad cardiovascular, en la diabetes o en el embarazo, donde hay más soporte científico que evidencie su relación con la periodontitis. En las personas con diabetes, por ejemplo, una mala salud bucal puede provocar un empeoramiento del control glucémico y puede aumentar las complicaciones de la diabetes. Incluso, tal y como afirma el especialista Gonzalo López- Castro, algunas personas con predisposición a padecer esta enfermedad pueden acabar sufriéndola por el simple hecho de no mantener una buena salud bucal. Las embarazadas tampoco se libran. Durante el embarazo, las mujeres experimentan un aumento de permeabilidad vascular, por lo que es más fácil que la bacteriemia pueda entrar al torrente sanguíneo y afectar al feto. En algunos casos, incluso, el mal estado bucal de las embarazadas puede llegar a provocar un aborto involuntario. Es por ello que, especialistas como Laura San Martín o Gonzalo López- Castro inciden en la importancia que tiene controlar la salud bucal en las embarazadas, aunque estas no presenten ninguna molestia aparente.
Con estos datos no es de extrañar que la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA) haya puesto en marcha, en colaboración con otras entidades como la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de Diabetes (SED), una alianza para la promoción de la salud periodontal y general. Con ella se pretende estrechar lazos entre la comunidad bucodental y otros profesionales de la salud para potenciar la prevención y la detección precoz de las enfermedades periodontales y su tratamiento con el fin de evitar sus consecuencias sobre la salud general. Este documento fue presentado en el Congreso de la salud bucal celebrado recientemente en Valencia donde, además, se insistió, entre otros aspectos, en la importancia de asistir asiduamente al dentista y mantener unos buenos hábitos de higiene bucal. “Las técnicas y herramientas de higiene oral deben estar individualizadas a cada persona”, concluye Gonzalo López- Castro.