Trastornos psicóticos, una realidad imaginada

tanto-para-la-esquizofrenia-como-para-el-trastorno-bipolar-el-tratamiento-debe-ser-estrictamente-individualizado-pngLa esquizofrenia y la bipolaridad, los más frecuentes, provocan delirios y alucinaciones

JON MASEDA. Jony Benjamin es un joven de 26 años al que hace diez que le diagnosticaron esquizofrenia. La chispa que hizo aflorar su enfermedad fue la famosa película El Show de Truman. Cuando estaba viéndola junto a un amigo éste le comentó “ese puedes ser tú, y no lo sabrías”. A partir de ese momento, este joven inglés empezó a obsesionarse. Pasó diez años de su vida convencido de que él también estaba siendo vigilado por cámaras y observado por millones de personas, tal y como le sucedió a Truman. Pero el caso de Benjamin no ha sido el único. Tanto es así que incluso se ha acuñado el término de Síndrome del show de Truman a aquellas personas que creen ser protagonistas de un reality show.

Esta pérdida de contacto con la realidad es uno de los principales síntomas de las enfermedades psicóticas, lo que provoca delirios y alucinaciones, entre otras cosas. La esquizofrenia y la bipolaridad son los trastornos psicóticos más frecuentes. Un diagnóstico precoz junto a un tratamiento farmacológico y terapéutico adecuado resulta imprescindible para una mejora del pronóstico y poder conseguir una calidad de vida digna.

En España aproximadamente el 1% de la población cuenta con un diagnóstico de esquizofrenia, con un debut máximo entre los 20 y 25 años en hombres y los 23 y 28 años en mujeres. Es una enfermedad compleja en todas sus características. “El cambio puede empezar con la pérdida de capacidades o habilidades de integración con el entorno. La
persona va adquiriendo un comportamiento más excéntrico, poco comprensible por los demás y cada vez se encuentra menos adaptado”, señala Miquel Bernardo, investigador principal del CIBERSAM y director de la unidad de esquizofrenia del hospital Clínic de Barcelona. Luego aparecen síntomas más claros como alucinaciones, delirios y pérdidas de capacidades. “La anhedonia, pérdida del placer, es habitual. De repente deja de disfrutar con situaciones que antes le resultaban placenteras”, apunta Miquel Bernardo.

El trastorno bipolar se caracteriza por causar momentos de máxima euforia combinados con otros depresivos. Afecta
a aproximadamente el 2% de la población y se diagnostica sobre todo entre los 18 y los 19 años. Este trastorno puede manifestarse en forma de depresión o de euforia, lo que se conoce como manía. Pero la enfermedad todavía es una gran desconocida y no siempre es fácil detectar estos episodios de forma temprana. La manía es una situación que puede llegar a necesitar un ingreso si no se actúa de manera precoz. Se caracteriza por hiperactividad, disminución de la necesidad de dormir, que no insomnio, irritabilidad, ideas de grandeza y euforia, entre otras. Por el contrario, la depresión destaca por pérdida de motivación y voluntad, falta de energía, hipersomnia o aumento de hambre, entre otros síntomas. Además, uno de cada ocho pacientes tiene síntomas mixtos, es decir, se mezcla manía con depresión.

Tanto para la esquizofrenia como para el trastorno bipolar el tratamiento debe ser estrictamente individualizado. Además de la terapia farmacológica para la reducción de los síntomas psicóticos, el paciente requiere rehabilitación psicoterápica orientada a potenciar la funcionalidad del sujeto, conseguir una adecuada conciencia de la enfermedad, capacidad autocrítica y que sepa diferenciar las conductas de riesgo. Además, los pacientes con estos trastornos mentales pueden presentar episodios de agitación, un estado de marcada excitación mental acompañado de un aumento de la actividad motora.

Representa una de las más graves complicaciones en el manejo del paciente psicótico. Ante estas situaciones, con frecuencia se les tiene que reducir con técnicas a veces agresivas a través de la contención verbal, mecánica y farmacológica. Además, suele requerir ingreso hospitalario. Hasta ahora las alternativas eran limitadas, pero recientemente ha salido al mercado un nuevo tratamiento para intentar calmar al paciente ante la agitación psicótica de una manera menos violenta. Es un fármaco inhalado, que tiene una acción incluso más rápida que un inyectable intramuscular, casi equivalente a un intravenoso, y que en muchos casos evitará medidas más agresivas. Prevenir y tratar los episodios de agitación de forma correcta es muy importante ya que no sólo afectan al desarrollo de su enfermedad, sino que también influyen en sus relaciones sociales y afectivas.

Los trastornos psicóticos son el resultado de la interacción entre factores genéticos y ambientales. Los factores ambientales percutores en una persona con predisposición genética pueden hacer que la enfermedad debute de una manera precoz. Pero Miquel Bernardo recalca que los factores por sí solos no son suficientes, y que tener la predisposición no implica desarrollar la enfermedad.

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