El autocontrol reduce las complicaciones del tratamiento de anticoagulación
Los coagulómetros permiten medir el valor del INR desde casa y reducir las visitas al centro sanitario a una vez al año
Se calcula que en España hay aproximadamente un millón de personas anticoaguladas. De éstas, entre 600.000 y 800.000 reciben tratamiento de forma crónica. Saber el valor del International Normalized Ratio (INR) resulta imprescindible para asegurarse de que la dosis del tratamiento es la correcta y que, por lo tanto, el riesgo de sufrir una hemorragia o una trombosis es mínimo. El INR es un parámetro que indica el tiempo que tarda la sangre en coagularse. El principal inconveniente es que suele ser muy variable y su control, por lo tanto, debe ser constante. De hecho, alrededor de un 30% de las personas anticoaguladas por una fibrilación auricular pueden estar mal controladas, es decir, fuera del rango de INR habitual (entre 2 y 3). Existen varias maneras de controlar dicho valor, bien acudiendo a un centro médico, o bien desde casa mediante un coagulómetro.
Esta forma de autocontrol, implantada en España desde hace diez años, supuso un gran cambio para las personas sometidas a este tratamiento y mejoró notablemente su calidad de vida. Con el autocontrol, estos pacientes son completamente autónomos, afirma Jordi Fontcuberta, jefe de la unidad de trombosis y hemostasia del hospital de Santa Creu i Sant Pau de Barcelona.
Además de mejorar la calidad de vida, diversos estudios han demostrado que el autocontrol está relacionado con una reducción de la incidencia de tromboembolismos en un 50%, y un 13% en hemorragias graves. Según el especialista
Fontcuberta, esta reducción de riesgos no se debe exclusivamente a que se haga un examen de manera más continuada, sino que por lo general se debe a que las personas que usan este método de control suelen tener más conciencia respecto a su enfermedad. Tener conocimiento de la propia patología es un aspecto fundamental para prevenir complicaciones, añade. El coagulómetro es un dispositivo de dimensiones reducidas, del tamaño de un teléfono móvil, con un sencillo mecanismo de uso.
Consiste en pichar el dedo para depositar la pequeña muestra de sangre en una tira reactiva y así medir el valor del INR. A mayor valor de INR, más tiempo tarda la sangre en coagularse. Estos pacientes previamente son aleccionados para saber interpretar los resultados y, en caso necesario, modificarse ellos mismos las dosis de tratamiento, explica el hematólogo de Sant Pau. Esta autonomía ha permitido que pacientes que antes debían acudir al hospital o a un centro de atención primaria cada mes para realizarse el control, ahora lo puedan hacer desde casa. Con los coagulómetros sólo es necesario acudir al centro una vez al año.