Se investiga reducir de forma menos invasiva los síntomas del parkinson
Un equipo trabaja con luminopsinas para modificar la actividad cerebral. El Parkinson ya es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después del Alzheimer.
Luisa Lopes, investigadora del Instituto de Medicina Molecular João Lobo de Antunes, en Portugal, lidera un equipo que persigue una forma más segura y menos invasiva de reducir los síntomas de la enfermedad de Parkinson.
La estimulación cerebral profunda, que implica el uso de corrientes eléctricas para alterar la actividad cerebral, ha demostrado que alivia los síntomas de la enfermedad, pero la técnica tiene limitaciones. También la estimulación optogénica, que implica el uso de luz en lugar de electricidad para modificar la actividad cerebral, presenta limitaciones, puesto que, después de hacer que las neuronas sean sensibles a la luz, hay que suministrarles luz. La técnica más común consiste en implantar una fuente de luz directamente dentro del cerebro. El procedimiento es invasivo y está asociado a complicaciones como sangrado e infección.
Las luminopsinas pueden ser un método menos invasivo para entregar la luz necesaria a la región del cerebro que necesita mejora. “Si somos capaces de desarrollar este método, podríamos modificar y estimular las neuronas simplemente administrando un fármaco en lugar de la implantación invasiva en el cerebro”, afirma Lopes. El grupo investigador ya ha completado las pruebas de optimización y desarrollo de un virus que entregará el gen de la luminopsina a las neuronas y está listo para iniciar los experimentos en un modelo de ratón que muestra los signos de la enfermedad de Parkinson. “Si logramos aplicar nuestro enfoque a los humanos, superaremos la necesidad de implantes permanentes”, continúa Lopes. Sin embargo, probablemente se requeriría una cirugía para administrar el virus que contiene las luminopsinas. La inyección en el cerebro se realizaría a través de una pequeña abertura en el cráneo, un procedimiento mínimamente invasivo con riesgos significativamente menores en comparación con la cirugía cerebral estándar. M. Baldomà