Más de la mitad de los pacientes que reciben hemodiálisis sufre depresión
La hemodiálisis genera multitud de cambios en la vida de una persona y hace que esta necesite apoyo psicológico
Sofía Larrucea
Vivir con una patología crónica no es fácil. Y eso bien lo saben las 56.500 personas que padecen Enfermedad Renal Crónica (ERC) y que están sometidas a tratamiento renal sustitutivo en nuestro país. Si bien prácticamente la mitad de las personas que padecen esta enfermedad consigue recibir un trasplante, tal y como afirma Domingo del Castillo, nefrólogo y director médico de Diaverum, la otra mitad queda descartada (la mayoría de veces por contraindicaciones médicas) y, por tanto, pasa a depender del tratamiento renal sustitutivo de por vida.
En un 90% de los casos de diálisis el paciente recibe hemodiálisis
“Entre las diferentes técnicas de diálisis que hay, podría decirse que en un 90% de los casos se aplica la hemodiálisis”, señala Domingo del Castillo. Un tratamiento eficaz pero que suele requerir que el paciente acuda asiduamente a la clínica para recibirlo. “Como mínimo, deben acudir tres veces por semana y cada sesión suele durar unas cuatro horas”, apunta Bernat de la Torre, nefrólogo y coordinador del programa de Cuidados Integrados en Cataluña también de la firma sueca. Una situación de dependencia que, sumada a multitud de cambios que se producen en la vida de la persona, hace que esta sea vulnerable a padecer diferentes problemas emocionales. De hecho, se estima que más de la mitad de los pacientes de ERC también sufre trastornos de ansiedad y/o depresión.
Programa piloto en Barcelona
Conscientes de la problemática, no es de extrañar que la compañía sueca haya puesto en marcha, desde finales del pasado año, un programa piloto que pretende ofrecer acompañamiento psicológico a este colectivo. Según las psicólogas encargadas de llevarlo a cabo, Neus Homs y Mar Ruiz, dicha atención integral es fundamental en estos pacientes. “Las personas con enfermedad renal crónica que reciben la noticia de tener que iniciar la hemodiálisis se ven afectadas por un gran impacto emocional”, apunta la especialista Mar Ruiz. Sin olvidar que, como añade su compañera Neus Homs, la hemodiálisis también implica cambios en las relaciones sociales, en la dieta y en muchos otros ámbitos de la vida. “El inicio de este tratamiento sustitutivo implicará múltiples pérdidas en diferentes áreas de la vida de la persona. La principal es la propia salud y de esta se derivan otros importantes cambios en ámbitos como el socio-económico, laboral, en los roles y relaciones familiares, así como la necesidad de tener que cuidar de manera rigurosa la dieta y los líquidos”, señala la psicóloga Homs.
Como si de un pérdida se tratase, salvando las diferencias, estos pacientes deben afrontar una serie de duelos respecto a los cambios que se van a producir en su vida en el momento que son diagnosticados de ERC. “Lo primero que hacemos es una valoración inicial del estado emocional de la persona para conocer con profundidad los recursos y vulnerabilidades con los que cuenta para adaptarse a la diálisis”, explica la especialista Mar Ruiz. Cada sesión es individualizada y personalizada a cada paciente.
De momento, esta iniciativa ha comenzado a implantarse en tres centros de Barcelona y está previsto que progresivamente se vaya ampliando a los más de 30 centros que dicha compañía tiene en nuestro país.