Luis Martí-Bonmatí, radiólogo médico: “La dosis de radiación se ha reducido en un 80% en los últimos diez años”
LLUÍS DONOSO. La radiología ya no sólo es crucial para el diagnóstico, sino también para el tratamiento. Luis Marti- Bonmati, director del área clínica de imagen médica del Hospital Universitario y Politécnico La Fe, de Valencia, uno de los grandes expertos en la materia en España, habla de forma precisa sobre cuestiones claves hoy en día, tales como la obsolescencia del equipamiento, la reducción de la radiación o el futuro de la especialidad, dónde seguirá siendo clave su transformación digital.
Diferentes sociedades científicas han alertado del problema de la obsolescencia en tecnología sanitaria al que se enfrenta España, ¿cómo está la situación en el ámbito de la radiología médica?
La obsolescencia tecnológica es un problema real. Las diversas entidades gestoras, tanto públicas como privadas, deben contar con un plan estratégico de previsión e inversiones anti-obsolescencia. No sólo se trata de comprar nuevo equipamiento, que es la solución final, sino actualizar los existentes para que los pacientes tengan acceso a la mejor calidad en la información diagnóstica y en el tratamiento guiado por la imagen. Esta deficiencia no se relaciona sólo con la crisis económica, sino principalmente con la estratégica y la incapacidad real de gestionar recursos en los propios hospitales, que es la base de una economía sanitaria eficiente y programada.
¿Cómo pueden contribuir los acuerdos de colaboración públicoprivada a este respecto?
La colaboración es siempre un valor en una propuesta. Entender la salud como un negocio donde unas empresas venden y unos profesionales compran es un gravísimo error. Si no hubiera esta colaboración, los hospitales de referencia no existirían, ya que la excelencia va unida a la innovación y ésta al estudio, análisis y validación de todas aquellas nuevas formas de entender y tratar la enfermedad.
Si la radiología aporta cerca del 80% de la información para el diagnóstico, ¿por qué el trabajo de los radiólogos sigue siendo tan desconocido?
El radiólogo desarrolla su trabajo para beneficio del paciente, tanto en la vertiente del diagnóstico precoz y preciso, como del tratamiento incruento de numerosas enfermedades (como la estenosis y los aneurismas vasculares). Aun así este trabajo se realiza en la mayoría de ocasiones en ausencia de trato directo. Cuando al paciente se le realiza una exploración, pocas veces el radiólogo interactúa directamente con él, siendo el personal de enfermería y los técnicos en radiología los que se relacionan con los pacientes. Las máquinas de radiología no diagnostican y los aparatos de intervencionismo radiológico no curan. Los médicos no están preparados para extraer toda la información que existe en las imágenes, son los radiólogos los garantes de que esta información sea la adecuada y pertinente y llegue en tiempo y forma, para que pueda utilizarse para beneficio del paciente.
El registro personalizado de la dosis de radiación para cada paciente es un tema que parece no tener fecha. ¿No cree oportuno que cada ciudadano conozca en cada momento la acumulación de dosis de radiación que acumula su cuerpo, especialmente en personas menores?
El registro de dosis de radiación ya está en marcha y será una obligación a corto plazo, ya que existe una normativa europea que obliga a España a implementarlo. Muchos hospitales están ya poniendo en marcha esta iniciativa.
Los escáners de cuerpo completo, ya al uso en aeropuertos de EEUU, y que próximamente se instalarán en España, ¿en qué medida afectan a los pasajeros?
El riesgo biológico para los viajeros es inexistente ya que utilizan energías muy bajas para obtener imágenes de la superficie corporal que no deben preocupar a la población general.
En ocasiones parece que se quiere ocultar la dosis de radiación de algunas pruebas diagnósticas, especialmente la TAC. Comparativamente con una radiografía, ¿cuáles son las pruebas de imagen más perjudiciales en este sentido para el paciente y su equivalencia?
Las pruebas de imagen se emplean para saber si tiene una enfermedad, la extensión de las lesiones y el mejor tratamiento disponible. Sus beneficios son incuestionables. Para evitar su utilización inadecuada se deben utilizar con juicio, sólo cuando sean necesarias y con la menor energía posible que genere una buena imagen. La radiación asociada a una mamografía o a una radiografía es tan baja que el riesgo se asemeja al de una conducción normal durante 65 kilómetros. La TAC utiliza más dosis, ya que genera mucha más información, pero su riesgo sigue siendo bajo, parecido al de la radiación que un sujeto recibe del sol en dos años, y que tan poco preocupa a la gente.
La disminución de la dosis de radiación ya es un hecho, ¿en qué porcentaje se ha rebajado ésta en los últimos años?
La dosis de radiación, aunque no hay registros globales, puede estimarse que se ha reducido para cada exploración que se realiza en torno al 80% en los últimos 10 años. El principal motivo de esta reducción es la implantación de equipos con control exhaustivo de la dosis que necesitan para generar imágenes. Tenemos que conocer que la disminución de dosis depende de la edad de los equipos y del ajuste de la dosis empleada por los radiólogos.
¿En España se abusa mucho de las pruebas de imagen por parte de los médicos de primaria?
En general no. Aunque comúnmente se asume que una de cada cuatro exploraciones radiológicas es innecesaria, este dato no está constatado.
PERFIL
Luis Martí Bonmatí (Valencia, 1959) se licenció en Medicina en la Universidad de Valencia, especializándose en radiodiagnóstico en el Hospital La Fe. Desde 2009 es director del área clínica de imagen médica de ese centro, y desde 1997 jefe del servicio de radiologia del H. Quirón de Valencia. Dirige el Grupo de Investigación Biomédica GIBI230. Entre 2008 y 2010 fue presidente de la Sociedad Española de Radiología y actualmente es el Presidente de la European Society of Gastrointestinal and Abdominal Radiology.