Agentes autónomos dan el gran salto de la IA en la salud

Toman decisiones, aprenden de los errores y ejecutan tareas sin necesidad de intervención humana.

La inteligencia artificial está cambiando la forma en que se prestan los servicios en salud y otros sectores. Una de las tendencias actuales son los agentes autónomos o Agentic AI, sistemas que prometen transformar no solo la tecnología, sino también la forma en que los profesionales sanitarios y las empresas toman sus decisiones.

A diferencia de la inteligencia artificial tradicional, que genera respuestas a preguntas, la Agentic AI actúa con un objetivo concreto, ejecutando acciones de manera autónoma, a partir de capacidades como el procesamiento multimodal, el razonamiento, la planificación y el aprendizaje. En salud, este modelo ayuda a mejorar la calidad de la atención sanitaria y coloca al paciente en el centro. Los Agentic AI no son un sustituto del médico, sino un aliado que amplía sus capacidades.

Mayor prevención y capacidad de diagnóstico

Un agente de inteligencia artificial puede analizar grandes volúmenes de datos médicos de forma continua: historiales clínicos, resultados de pruebas, datos de dispositivos de monitoreo y patrones de comportamiento de los pacientes. Gracias a esto, es capaz de identificar señales tempranas de riesgo, como posibles complicaciones, cambios en la respuesta a un tratamiento o factores que podrían desencadenar una enfermedad antes de que aparezcan síntomas evidentes. Esto significa que los médicos pueden intervenir de manera preventiva, ajustando terapias o recomendando controles específicos, lo que ayuda a evitar complicaciones graves y mejorar la calidad de vida del paciente.

Cada paciente es diferente, y un mismo tratamiento no siempre produce los mismos resultados. El agente de inteligencia artificial integra información de múltiples fuentes, desde datos clínicos hasta genética, hábitos de vida y respuestas previas a terapias, para sugerir estrategias de tratamiento individualizadas. Esto permite diseñar planes efectivos y seguros, adaptados a cada persona. Además, puede ajustar las recomendaciones de salud de forma dinámica a medida que el paciente evoluciona, asegurando que la atención médica sea realmente personalizada y basada en la evidencia.

De un área de apoyo a motor estratégico

Silvia Ondategui, socia global de Ciencias de la Salud de BIP, en el artículo “Medical Affairs in the Age of Agentic AI: Redefining Impact through Data, Digital and Technology”, señala que los agentes de inteligencia artificial no son solo un avance tecnológico sino una verdadera transformación estratégica, también en las empresas. De un rol puramente de apoyo, la inteligencia artificial se consolida como un pilar estratégico dentro de la industria, encargado de generar evidencia, guiar la interacción con los distintos actores y contribuir activamente a la toma de decisiones. Los números hablan por sí mismos: la plataforma MedicalEngagement.ai de Johnson & Johnson ya ha identificado 75.000 pacientes con necesidades clínicas no cubiertas y ha ampliado el contacto a más de 5.000 profesionales sanitarios adicionales en siete áreas terapéuticas, aprovechando la integración de datos del mundo real y la evidencia clínica. Laura Clavijo

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