Innovación y deporte frente al cáncer hematológico
Los pacientes de mieloma múltiple se benefician de fármacos dirigidos y del ejercicio físico como herramienta terapéutica complementaria.
Los cánceres hematológicos, que incluyen linfomas, leucemias y mielomas, ocupan la quinta posición entre los más comunes en España; las previsiones de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) son que en 2025 se diagnostiquen 25.770 casos nuevos. Dentro de ellos, el mieloma múltiple, cuyo día Mundial se celebró el pasado mes de septiembre, es uno de los que más desafíos presenta. Es el segundo tumor hematológico en frecuencia, con unas cifras de unos 3.000-3.500 casos cada año en España, dándose la mayoría de ellos entre hombres mayores de 65 años. “Se trata de una enfermedad tumoral que se caracteriza por un aumento anormal de las células plasmáticas, que son las que producen los anticuerpos, en la médula ósea (la fábrica de la sangre que se encuentra dentro de los huesos como vértebras, costillas o caderas). A ello se suma la presencia de una proteína alterada en la sangre y/o en la orina denominada componente monoclonal o paraproteína”, explica Enrique M. Ocio, jefe de Servicio de Hematología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander).
La anemia, la insuficiencia renal o lesiones en los huesos, que producen dolor o incluso fracturas sin motivo suficiente, son los síntomas más frecuentes y habitualmente los que llevan a su diagnóstico.
Ocio reconoce que es una enfermedad grave pero que “el pronóstico ha cambiado de forma radical en los últimos 20 años debido a nuevos tratamientos que han demostrado ser muy eficaces y bien tolerados. Consiguen respuestas muy profundas en las que podemos dejar de detectar la enfermedad, incluso mantenidas durante más de 10 años en muchos pacientes”.
Los avances terapéuticos del mieloma múltiple han venido impulsados por el estudio de las características de las células tumorales, lo que es esencial para la personalización. “De la quimioterapia se está pasando a fármacos dirigidos más específicos que logran mayor eficacia y menor toxicidad y que, combinados, permiten una individualización del tratamiento. Estos tratamientos se usan en pacientes con mieloma en recaída, pero la tendencia es posicionarlos en etapas más precoces de la enfermedad”, concluye el experto.
Ejercicio físico para el bienestar integral
La mejora en los tratamientos hace que cada vez se tengan más en cuenta otros aspectos clave en el manejo de las enfermedades hematológicas como la nutrición o la actividad física. De hecho, en el encuentro ‘¡En MoviMMiento! Transformando el cáncer hematológico desde el deporte y la innovación’, organizado por la SEHH, la Liga F (Liga Profesional de Fútbol Femenino) y la compañía biofarmacéutica GSK; profesionales, pacientes y deportistas han señalado la importancia del ejercicio como parte integral del tratamiento.
Por su parte, la SEHH ha puesto en marcha recientemente la comisión de trabajo ‘Actividad física y enfermedades de la sangre’, para evaluar las evidencias científicas sobre los beneficios del ejercicio, tanto desde el punto de vista físico como psicológico, en todas las etapas de la enfermedad. A partir de ahí, se pondrán en marcha proyectos formativos dirigidos a profesionales sanitarios y pacientes con un enfoque innovador, así como ayudas a la investigación en este ámbito.
“En el caso del mieloma múltiple, que tiene una gran implicación física por la afectación ósea o los dolores que puede generar, el ejercicio físico tiene un gran papel en el tratamiento. Por supuesto, dado el potencial riesgo de fracturas, debe estar controlado y supervisado por personal apropiado, pero todo paciente debería realizarlo”, expone Enrique M. Ocio. Amparo Luque.