La continua evolución de la radiología intervencionista
La evolución de la Radiología Intervencionista (RI) comenzó hace más de 60 años con una simple pregunta. ¿Podrían utilizarse las mismas herramientas de diagnóstico por imágenes que han revolucionado la práctica de la medicina para guiar el tratamiento de enfermedades en tiempo real?.
Se hizo obvio que las imágenes podrían permitir que ciertos pacientes se sometieran a procedimientos específicos, eliminando la necesidad de una cirugía mayor, y que otros podrían someterse a procedimientos para patologías que antes no tenían solución.
Los procedimientos intervencionistas son mínimamente invasivos, se basan en técnicas guiadas por imágenes, como ecografía, tomografía computarizada, resonancia magnética o DSA. Las intervenciones vasculares se realizan por vía endovascular, utilizando dispositivos especiales para llegar al objetivo y lograr el tratamiento.
Las técnicas utilizadas incluyen: angioplastia y colocación de stent en un vaso estenótico u ocluido, implante de filtro de vena cava para prevenir la embolia pulmonar, administración de agentes embólicos para reducción de tumores, detención de sangrado, oclusión de aneurismas y malformaciones vasculares, entre otros. Todas estas intervenciones se realizan con DSA.
Los procedimientos no vasculares, incluyen la punción percutánea directa de cavidades, órganos, conductos o tumores, con fines de drenaje, colocación de stent, biopsia o ablación. Este tipo de procedimientos suelen estar guiados por ecografía, tomografía computarizada o una combinación de ambas.
Hay un grupo especial de pacientes, con condiciones clínicas potencialmente mortales, para quienes los procedimientos intervencionistas rápidos y precisos pueden salvar vidas y prevenir secuelas incapacitantes.
Este grupo, representado por pacientes que presentan politraumatismos, embolia pulmonar masiva, rotura de aneurisma aórtico, hemorragia gastrointestinal mayor, ictus y otros, requiere una rápida confirmación diagnóstica y una planificación de la estrategia de tratamiento basada en los hallazgos de CT seguida de una intervención endovascular inmediata.
La singularidad de la combinación de un sistema de angiografía y un CT en la misma sala es la capacidad de los médicos de priorizar y optimizar el flujo de trabajo durante los procedimientos intervencionistas en un único entorno clínico. La combinación de ambos sistemas permite a los médicos eliminar la transferencia de pacientes durante procedimientos complejos y confirmar la efectividad del procedimiento. Nuria Barrón. Business Manager VL Canon Medical Systems