Consumo de refrescos carbonatados, riesgo de caries
M.A. MADRID. Según el último informe presentado por el Colegio de Odontólogos de Madrid, los niños residentes en el sur son más propensos a padecer caries que los que viven en el norte. La mayor diferencia, según este mismo estudio, se encuentra al comparar País Vasco con Canarias. Mientras que en la primera comunidad autónoma las caries afectan a cerca del 30% de los menores, en las islas este índice aumenta a casi un 52%. Varios son los factores que influyen en la aparición de este problema bucodental, como puede ser una mala higiene, pero los especialistas alertan cada vez más del papel que juega la dieta. Y es que una buena alimentación puede ayudar no sólo a prevenir las caries, sino que también puede ser un factor importante para evitar la enfermedad periodontal. “Cualquier situación de malnutrición afecta a las defensas y promueve, por tanto, las infecciones”, afirma Alberto Sicilia, presidente electo de la Asociación Europea Osteointegración.
Al hablar de dieta, a pesar de que son muchos los que piensan que son los dulces el principal peligro de los dientes, el especialista en periodoncia e implantes, Sebastián Fabregues, remarca el papel perjudicial que juegan también las bebidas ácidas y carbonatadas. Los cítricos, el vino y sobre todo los refrescos son las bebidas que más acidez conllevan. Además, afirma Fabregues, el consumo de refrescos es un hábito que se ha incrementado considerablemente en los últimos años en las sociedades occidentales, en España tiene actualmente una media de 50 litros por persona y año. Estas bebidas, explica este especialista, lo que provocan es una disminución del ph por debajo de niveles de 5,5 en la boca y por lo tanto, se produce mayor acidez que afecta al diente, provocando descalcificación.
Las bacterias implicadas en la formación de ácido, especialmente los Streptococcus mutans, tienen la capacidad de fermentar el azúcar y transformarlo en ácido láctico mediante la vía glucolítica anaerobia. El nivel de ph tarda aproximadamente una hora en estabilizarse. Por este motivo, añade el especialista Sebastián Fabregues, “es mejor concentrar la toma de azúcares con las comidas y no comer entre horas”.
Respecto a la prevención a través de la alimentación, el especialista Alberto Sicilia lo tiene claro, “no existen alimentos milagro”. Y añade, “es muy frecuente la creencia de que el limón es bueno para lavarse los dientes y en realidad no es nada conveniente, pues el limón es muy ácido y podría destruir el esmalte del diente”.
No sólo influye la composición del alimento, sus características físicas también pueden aportar datos sobre su peligrosidad frente a las caries. En este sentido, son los alimentos pegajosos, como los caramelos o los snacks, los menos aconsejados debido a que permanecen más tiempo en los dientes. Otro de los riesgos es el desconocimiento por parte de mucha gente acerca de la composición de los alimentos. “Puede haber casos de gente que no considere que las galletas sean azúcares, el pan o las patatas de bolsa” y añade, “no hay que olvidar que los almidones que llevan este tipo de alimentos se convierten en azúcares en cuanto se degradan en la boca”.
Las caries no es el único problema asociado a la alimentación, la enfermedad periodontal también mantiene una relación. En época de exámenes, explica el experto Sicilia, “es frecuente ver un cuadro de periodontitis ulceronecrótica leve en estudiantes, pues el estrés y el descanso limitado se unen a una dieta plagada de alimentos basura”. Los especialistas coinciden, uno de los principales factores para prevenir problemas bucales es una correcta higiene bucal. De hecho, a pesar de que ha aumentado el consumo de dulces entre la población, el porcentaje de caries ha disminuido debido a la mejoría en la higiene. Es recomendable cepillarse tres veces al día. No obstante, en aquellos casos en los que no sea posible, la toma de chicles sin azúcar puede ser una buena opción. Entre otras ventajas, aumenta la salivación y controla el ataque ácido. La saliva contiene oligoelementos y principios activos como el flúor, proteínas o enzimas que resultan muy eficientes a la hora de prevenir las caries.