Cómo se previene y se trata la queratosis actínica, el precáncer de piel más común en la actualidad

La queratosis actínica es una de las enfermedades de la piel diagnosticadas con más frecuencia por los dermatólogos en Europa. Se trata de una patología que afecta a personas que se han expuesto mucho a la radiación ultravioleta del sol y se manifiesta en forma de lesiones rasposas con la base rosada principalmente en la cara, las orejas, los labios, el dorso de las manos y el cuero cabelludo (en las personas calvas), las zonas más expuestas al sol habitualmente.

Esta enfermedad es crónica y, según señala la Skin Cancer Foundation, se considera el precáncer más común, aunque realmente solo entre el cinco y el 10% de los casos se convierten en cáncer de piel.

La prevalencia de esta enfermedad en España está en torno al 23% de las personas mayores de 45 años, una cifra que se prevé que vaya al alza por el envejecimiento de la población, ya que es consecuencia de la exposición solar acumulada a lo largo de la vida y, por tanto, el riesgo aumenta con la edad.

En este contexto, es especialmente necesario concienciar sobre la importancia de aplicar medidas de prevención para evitar la aparición de la queratosis actínica, como usar ropa que proteja del sol, evitar la exposición solar en las horas centrales del día y el uso de las lámparas de bronceado y, por supuesto, usar protección solar a diario. En este caso, es importante utilizar un fotoprotector con al menos un FPS 30 (las personas que con piel clara que se queman con facilidad y aquellos que ya han tenido cáncer de piel se recomienda que el FPS sea 50+). Además, debe proteger de la radiación UVA, lo que suele venir representado en los envases con la palabra UVA dentro de un círculo.

Además, es importante, en caso de estar dentro del perfil de riesgo de desarrollo de queratosis actínica, examinar la piel con regularidad, prestando especial atención a las zonas más expuestas al sol, y consultar con el dermatólogo ante lesiones sospechosas. Un diagnóstico precoz, junto al tratamiento adecuado, es la mejor forma de frenar la evolución de la enfermedad.

¿Cómo se trata la queratosis actínica?

Hay diferentes opciones de tratamiento para la queratosis actínica dependiendo de factores como el número de lesiones, el tamaño, la ubicación y los síntomas, entre otros, que incluyen los medicamentos tópicos, la crioterapia, la terapia fotodinámica, el láser, la dermoabrasión y la cirugía, este último especialmente si se sospecha que ha podido evolucionar a un cáncer de piel. No obstante, sigue habiendo necesidades no cubiertas, como facilitar la adherencia al tratamiento, evitar las reacciones locales que a veces producen y la afectación en la calidad de vida de los pacientes.

En los últimos años se han comercializado nuevas alternativas terapéuticas para la queratosis actínica que buscan cubrir estas necesidades de los pacientes con nuevos formatos o mecanismos de acción.

La elección del tratamiento siempre debe ser compartida entre el dermatólogo y el paciente para buscar aquel que mejor se adapta a su realidad y necesidades para lograr los mejores resultados y más duraderos, prevenir la transformación a cáncer cutáneo y mejorar la calidad de vida de los pacientes que viven con ella. Yolanda Gilaberte. Jefa de Servicio del Hospital Universitario Miguel Servet

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