¿Cómo detectar la retinopatía diabética?
Las personas con diabetes tienen un riesgo más alto de desarrollar problemas de visión como la retinopatía diabética, un grave problema que puede causar pérdida de visión irreversible.
La retinopatía diabética es una enfermedad de la retina que constituye uno de los problemas de visión más graves al que pueden enfrentarse las personas con diabetes. Se trata de la primera causa de ceguera legal en la población de entre 20 y 65 años de los países industrializados. Por ello, con motivo del Día Mundial de la Diabetes que se celebra el 14 de noviembre, recuerdan la importancia de concienciar sobre los principales factores de riesgo y los síntomas de esta enfermedad para poder detectarla a tiempo y evitar su evolución.
Según datos de la Federación Internacional de Diabetes (FID), la diabetes afecta ya a casi el 15% de la población española (uno de cada siete adultos) y es la segunda tasa más alta de Europa. Casi un tercio de las personas que viven con diabetes no están diagnosticadas, lo que puede ocasionar complicaciones graves, entre las que se encuentran la retinopatía diabética, que puede afectar tanto a las que tengan diabetes tipo 1 como tipo 2. “Se produce porque los niveles altos de glucemia en sangre pueden dañar los vasos sanguíneos que nutren la retina y el propio tejido nervioso. En las fases iniciales los síntomas en la visión pueden ser mínimos, pero si se deja avanzar la enfermedad, puede provocar edema macular, que es la causa más frecuente de pérdida de visión en las personas con diabetes, o la aparición de vasos anormales que crecen en la superficie de la retina”, explica la doctora Marta S. Figueroa. Por ello, es fundamental insistir en la prevención, en el conocimiento de los factores de riesgo y síntomas de las personas con diabetes y en la necesidad de realizarse una revisión periódica del fondo de ojo.
Factores de riesgo de la retinopatía diabética
Aunque no siempre puede prevenirse la retinopatía diabética, un buen control de la diabetes en los pacientes ayuda a prevenir la pérdida de visión. Para ello hay que tener conocimiento de los factores que pueden influir en su aparición y en cómo es su evolución:
- Padecer diabetes mellitus de forma prolongada en el tiempo: surge como consecuencia de la incapacidad del páncreas para segregar suficiente insulina como para controlar correctamente los niveles de azúcar en sangre. Cuando esto sucede, esta acumulación de azúcar en sangre puede producir daños en diversos tejidos del cuerpo, incluida la retina.
- Mal control metabólico: se trata de un factor muy importante para su desarrollo y progresión. Cuanto peores son los controles de glucosa, antes aparecerá la retinopatía diabética y más grave puede ser. Es imprescindible controlar también los niveles de colesterol, para evitar la progresión de la enfermedad.
- Hipertensión arterial, enfermedad renal o embarazo: son condiciones que pueden empeorar la retinopatía diabética.
Por todo ello, es fundamental mantener un control sobre los niveles de azúcar en sangre, el seguimiento de una alimentación saludable, practicar ejercicio físico, controlar la presión arterial y el colesterol, eliminar hábitos tóxicos como el consumo de tabaco y de alcohol o prestar atención a posibles cambios de visión.
Síntomas de la retinopatía diabética
El paciente puede tener retinopatía diabética y no ser consciente de ello por no presentar síntomas, ya que en los estadios iniciales de la enfermedad apenas se notan cambios de visión. Sin embargo, a medida que se produce una progresión del problema, los pacientes pueden percibir alguno de los siguientes síntomas:
- Pérdida gradual de visión.
- Visión borrosa o fluctuante (pasa de clara a borrosa).
- Mancha en el centro del campo visual.
- Mala visión nocturna.
- Dificultad para percibir los colores.
Tratamiento de los problemas oculares derivados de la diabetes
Cuando la retinopatía diabética es detectada en fases precoces donde las alteraciones son leves, se aconseja mejorar el control metabólico, siendo importante la colaboración entre los diabetólogos y los oftalmólogos. Si hay complicaciones como el edema macular o vasos anormales, primero se emplearán fármacos antiangiogénicos o corticoides de liberación gradual, que se administran mediante inyecciones intraoculares. En casos más avanzados, será necesaria la cirugía, llamada vitrectomía, una microcirugía que permite trabajar sobre la retina desde el interior del globo ocular. El oftalmólogo especialista en retina valorará la técnica más adecuada para cada paciente. Rv: Ana Mera, farmacéutica. Barcelona.