“Bacterias, bichos y otros amigos”
David G. Jara es doctor y licenciado en bioquímica y ha sido profesor titular en la Universidad Internacional de La Rioja. Su pasión por la ciencia le ha llevado a escribir sobre ella, con el objetivo de acercarla a todo el mundo. Primero, con “Melanina, dinosaurios y otras historias” (2013) y más tarde con “El encantador de saltamontes y otros ensayos sobre la historia natural de los parásitos” (2014), por el que recibió el premio Prismas Casa de las Ciencias a la Divulgación 2014 en la categoría de ‘Mejor texto inédito’. Esta vez, el abulense nos trae “Bacterias, bichos y otros amigos” (2016), un libro en el que, de una forma divertida y poco común, destaca las utilidades de las bacterias, esos microorganismos que conviven con nosotros pero que nos parecen tan desconocidos.
- En tu libro partes de la idea central de que las bacterias están injustamente vistas como malas ¿por qué es “injusta” esta mala prensa? En las sociedades desarrolladas tendemos a ver el vaso siempre medio vacío, nos fijamos en el aspecto negativo de las cosas y pasamos por alto otros igual de relevantes. El aspecto negativo de las bacterias es muy obvio, todos lo conocemos, solo hay que pensar en enfermedades como la peste o la tuberculosis, que han matado a muchísimas personas, por ejemplo. Lamentablemente, nos focalizamos demasiado en ello y olvidamos que la realidad siempre tiene dos caras diferentes. La otra cara, que son las bondades y la utilidad de las bacterias, es obviada y hay mucha gente que ni siquiera la conoce.
- Esta “negatividad” respecto a las bacterias podría ser un reflejo de la manera de enfocar las cosas en nuestras sociedades…Refleja totalmente nuestra forma de interpretar la realidad, si ves el telediario el 90 % de las noticias son negativas; incluso aunque la noticia pueda tener otras interpretaciones parece que el enfoque más oscuro es siempre el que nos llama más la atención.
- ¿Cómo han ayudado las bacterias a lo largo de la historia? ¿podrías poner algún ejemplo? Hay muchísimos ejemplos, como su colaboración en la transformación de alimentos o la presencia de los microbios intestinales, que son básicos para una salud adecuada. Nuestra relación con las bacterias desde que somos lo que somos nos ha permitido digerir determinados alimentos y sintetizar ciertas vitaminas, además de protegernos de muchas enfermedades. La presencia de esa microbiota intestinal, bien formada y madura, impide que otros patógenos peligrosos, que también pueden ser bacterias, virus o hongos, proliferen. Si estamos sanos es, en gran medida, debido a que tenemos una enorme cantidad de microorganismos colaborando con nosotros.
- En tu libro citas casos en los que la intervención de las bacterias es pasada totalmente por alto, casi siempre por desconocimiento, como en la producción de cerveza o yogures, y actualmente incluso en el ámbito de la gestión de la contaminación…Sí, siempre que hablamos de la suciedad la asociamos con bacterias y microbios, pero ahora conocemos microorganismos que nos ayudan a degradar, por ejemplo, los hidrocarburos del petróleo. Incluso hay bacterias que degradan el PET, un plástico con una elevada persistencia en el medio ambiente y que forma parte de nuestra vida diaria. Siempre hemos asociado los microbios con la suciedad pero curiosamente ahora sabemos que también nos ayudan a combatirla.
- Introduces a los lectores en el mundo de las bacterias de forma divertida y sencilla, con ilustraciones (como la de la portada que es muy significativa), apuntes personales y finalmente con una bibliografía recomendada. ¿cuál es la finalidad de tu estilo? ¿va destinada a un tipo de público en concreto? En realidad el objetivo es llegar a mucha gente. En mis libros vamos a hablar de ciencia con el rigor que requiere, pero eso no implica hacerlo de una manera aburrida que provoque que el lector acabe hastiado y abandonando la lectura. Quiero que la gente aprenda ciencia, que se acerque a ella sin miedo y comprenda la utilidad que esta estrategia de conocimiento presenta a la hora de permitirnos interpretar la realidad bajo la que todos nosotros nos desenvolvemos. Por este motivo mi escritura trata de ser entretenida y divertida, intentando que se digiera bien para conseguir hacerla accesible a cualquier persona; aunque se aleje un poco de la divulgación que yo mismo suelo leer y que probablemente está a otro nivel. Cuando escribo un libro la finalidad que busco es que mis alumnos lo puedan leer, mi familia lo pueda leer, cualquier persona que tenga interés lo pueda leer, y ninguno necesite estar dotado de profundos conocimientos sobre genética, química o microbiología para poder entenderlo.
- Sabemos que eres profesor de secundaria, además de científico, ¿ello ha influido en que quieras hacer llegar tu conocimiento a todo el mundo? Actualmente soy profesor de educación secundaria pero además durante años he impartido clases en la universidad y en centros de formación de adultos, con lo cual me he movido en diferentes ámbitos y en todos ellos he observado que aunque la mayoría de las personas sienten cierto miedo a la ciencia, cuando las cosas se exponen de una forma sencilla y adaptada a sus conocimientos, se pierde el temor y se despierta el interés del alumno por esta rama del conocimiento.
- No es el primer libro de divulgación que escribes sobre bacterias, has escrito también “El encantador de saltamontes y otros ensayos sobre la historia natural de los parásitos” y “Melanina, dinosaurios y otras historias”. En estos libros también hablas de las bacterias…Sí, en realidad los microorganismos constituyen un tema redundante en mis libros, y es que cuando hablamos del funcionamiento de la vida las bacterias están en todos los ámbitos que quieras tocar. Están relacionadas con la selección natural, con enfermedades, con el medio ambiente, etc. Las bacterias forman parte de nuestra vida, o más bien nosotros formamos parte de la suya, puesto que ellas llevan aquí mucho más tiempo que nosotros, de modo que cuando quiero hablar de biología estos pequeños organismos siempre terminan por aparecer.
- En tu libro afirmas que “La domesticación de los microorganismos abre a nuestra especie un nuevo mundo lleno de posibilidades”. ¿Cómo crees que podrán ayudar los microorganismos en el futuro? En realidad no solo es algo del futuro, los microorganismos ya nos están ayudando gracias al conocimiento que estamos alcanzando sobre su biología y al increíble desarrollo de la genética molecular. Sabemos que todos los seres vivos de este planeta manejamos un mismo código genético, un lenguaje idéntico, lo que nos permite utilizar a las bacterias, sobre todo por su velocidad de reproducción, para introducirles genes humanos. Debido a ello ahora mismo estamos fabricando insulina humana, hormona de crecimiento humana utilizando poblaciones microbianas de levaduras o de bacterias como productoras. Es más, en un futuro se está planteando utilizar las bacterias, “domesticarlas”, para que sean ellas quien transporten determinados fármacos a células concretas. Hay grupos de investigación que ya han conseguido adherir nanopartículas a una bacteria, y dentro de esa nanopartícula, a modo de cesta (como las que portan algunas bicicletas), introducir un fármaco, para que la bacteria lo lleve directamente a la célula que tiene que recibir esa sustancia.
- Seguramente dentro de diez años tendrás que escribir otro libro explicando nuevas funciones de las bacterias…Todos sabemos que para hacer un trabajo de este tipo la parte más importante es la de documentación, y en mi caso, tan solo algunas semanas tras terminar el libro, ya había novedosos estudios sobre nuevas utilidades de las bacterias. En poco tiempo van apareciendo nuevos procesos en los que intervienen las bacterias, es un campo en constante desarrollo. En diez años estoy seguro que se podría hacer no solo uno, sino unos cuantos libros.
- Incluyes fuentes documentales en la bibliografía final del libro, ¿la dejas a modo de guía por si el lector quiere seguir informándose?
Se puede decir que sí, aunque la bibliografía que he utilizado para el desarrollo del libro es en general más compleja y completa. Para el lector del libro lo que he seleccionado son artículos que le permitan profundizar en algunos aspectos interesantes que han sido presentados sucintamente en el libro, pero no se trata de artículos científicos puros y duros, sino de documentos más cercanos a la divulgación. La bibliografía tiene un objetivo continuista con el libro, para que quien quiera aumentar su conocimiento más allá de lo expuesto en las páginas del libro lo puede hacer.