Teresa Macarulla: “Hay que invertir en ‘screening’ para hallar el tumor cuando todavía no hay síntomas”
Entrevista a la investigadora y jefa del programa de cáncer gastrointestinal del Vall d’Hebron.
Teresa Macarulla (Barcelona, 1974) es una autoridad mundial en cáncer de páncreas, uno de los tumores más letales. Jefa del programa médico e investigadora principal del grupo de tumores gastrointestinales y endocrinos del Vall d’Hebron.
Prevención, diagnóstico, tratamiento. ¿Dónde hay que focalizar la lucha contra el cáncer?
Depende mucho del tipo de tumor. La prevención es el sueño, encontrar los tumores a tiempo, porque el tiempo juega en contra para curarlos. Hay que invertir en mejorar el screening (cribado) poblacional para encontrar el tumor en gente que no tiene ningún síntoma. En algunos cosos, como los de mama, colon o próstata, se ha evolucionado mucho. En otros es mucho más complejo y no se aplican programas de cribado porque son tumores menos frecuentes o no tan fáciles de diagnosticar.
¿Qué podemos esperar de las terapias avanzadas?
Vemos grandes mejoras en cuanto al tratamiento. Por una parte en cuanto a la personalización, el estudio de los genes del tumor, entender que no todos los tumores de mama son iguales. Es la tecnología quien nos ha permitido encontrar estos genes y después personalizar los tratamientos. También hemos mejorado mucho con la introducción de la inmunoterapia, que es lo que ha permitido atacar el tumor de forma totalmente diferente a la quimioterapia, estimulando las defensas del propio enfermo para que luchen.
La contribución de la tecnología se ve en la supervivencia.
Hay tumores como el cáncer de mama donde se ha evolucionado mucho. Después hay tumores en los que todavía tenemos mucho trabajo que hacer. Hablamos de nuevas terapias como la inmunoterapia, también hablamos de nanotecnología, el hecho de que los fármacos puedan llegar de forma selectiva a la célula tumoral evitando la circulación y, por lo tanto, evitando los efectos secundarios… En algunos tumores está mucho menos desarrollado por muchos motivos. Sería el caso del glioblastoma (tumor cerebral), del cáncer de páncreas, del de la vía biliar…
Detectar con una analítica de sangre, ¿hasta qué punto cambiará el paradigma la biopsia líquida?
Seguimos dependiendo de la biopsia tradicional. Un trozo de tejido del tumor para ver qué tipo de célula tenemos. Hay mucha investigación en marcha para intentar a través de una muestra de sangre poder detectar una proteína o restos de DNA del tumor y que podamos hacer el diagnóstico de forma menos invasiva, más fácil, incluso más precoz. Esto requiere mucha inversión y formaría parte del diagnóstico y también del screening . En los próximos años será una revolución.
¿Y la inteligencia artificial aplicada al diagnóstico?
Es cuestión de enseñar al algoritmo que aprenda a diagnosticar a través de una prueba de imagen de un escáner, o a través de una biopsia incluso. Que tú puedas digitalizar las imágenes y que el algoritmo vaya aprendiendo. Esto probablemente será nuestro futuro. Tendremos un algoritmo que nos dirá, con esta radiografía, este señor, las posibilidades que tenga este tumor.
¿Hay desigualdad en el acceso a terapias avanzadas?
En nuestro país todos los centros tienen investigación y es a través de los proyectos de investigación como llegan las nuevas terapias. En el Vall d’Hebron una de las grandes ventajas es que el enfermo tiene su tratamiento estándar y tiene acceso a nuevos tratamientos, la mayoría en proceso de investigación. Tampoco quiere decir que todos acabarán demostrando la eficacia pero algunos sí. Este país es competitivo, y cuando tenemos un enfermo que puede beneficiarse de un proceso de investigación puede ser derivado a un centro donde pueda hacerse. Tenemos que luchar por que los enfermos que creemos que son buenos candidatos puedan participar en este tipo de proyectos. Es la forma de avanzar.
A su especialidad, el cáncer de páncreas, le cuesta avanzar.
Es uno de los tumores en que la última década hemos conseguido menos avances en supervivencia, por diferentes motivos. Uno de ellos es porque no llegamos a diagnosticar a tiempo a la mayoría. Y también porque la biología del tumor hace difícil tratarlo con quimioterapia. La inmunoterapia todavía no ha funcionado. Hemos apostado fuerte a nivel de estudios clínicos y potenciado la investigación de laboratorio para entender la biología del tumor, sus habilidades, para poder atacarlo. Hemos conseguido que la quimioterapia mejore. También tenemos la posibilidad de operar a más enfermos. Hemos mejorado un poco en los últimos años, pero tenemos que seguir luchando y mejorando esta supervivencia que a día de hoy, comparado con otros tumores, es poca. ¿Cuál es la vía de investigación? En la mayoría de los pacientes el motor de la enfermedad es el gen KRAS que se altera. Hasta hoy no habíamos tenido manera de bloquear este gen pero empezamos a tener los primeros fármacos que lo hacen.
¿Investiga mejor aquí o fuera?
La gran dificultad que tenemos, si nos comparamos con otros países, son los recursos. Por suerte tenemos ayudas privadas. Cualquier pequeña pregunta que quieras hacer en cáncer necesita recursos, y eso nos diferencia de otros países. Estamos en desventaja, pero el personal de este país es fantástico.
¿Se suple con talento esta falta de recursos?
Hay cosas que no se pueden suplir, porque si no tienes recursos no se puede investigar. Tenemos que seguir luchando por que en este país tengamos recursos para investigar y también por que estos científicos con talento no se vayan. Los hemos de cuidar y les hemos de dar las herramientas para poder tirar adelante proyectos.
Habla de ayudas privadas.
La fundación Vall Viva organiza cada año un festival en la Vall d’en Bas. Este año ha dado el dinero a la investigación sobre el páncreas. Tenemos una paciente que fue diagnosticada hace años, vino aquí, las cosas han ido bien y al cumplir 50 celebró una fiesta y el regalo que pidió a los invitados fueron donativos para investigar el cáncer de páncreas. Tenemos que destacar mucho la generosidad de la gente.