Diagnóstico precoz: fundamental en la artritis reumatoide
La detección tardía puede provocar una gran discapacidad irreversible. Sofía Larrucea
Una Artritis Reumatoide (AR) en fase inicial debe tratarse como una urgencia”, así de contundente se muestra Alejandro Balsa, jefe de servicio de reumatología del hospital La Paz de Madrid. Su contundencia no es de extrañar. Mientras que con una detección temprana -a las 20-26 semanas desde que aparecen los síntomas- puede conseguirse una buena calidad de vida e incluso conseguir la remisión de la AR, con una tardía puede generar discapacidad irreversible. El motivo, explica el especialista Alejandro Balsa, se debe principalmente a que los mecanismos son diferentes en cada etapa. “Los mecanismos con los que empieza la enfermedad no son exactamente iguales que cuando esta se cronifica”, apunta. Por ello, añade, “si somos capaces de tratar la afección en fases muy iniciales, cuando los mecanismos que cronifican la enfermedad aún no se han puesto en marcha, el pronóstico es infinitamente mejor”. La AR es una enfermedad inflamatoria crónica y de naturaleza autoinmune. Causa la inflamación de las articulaciones y de los tejidos circundantes y, en algunos casos, puede dañar órganos y sistemas como el corazón, el pulmón o el riñón. Puede aparecer a cualquier edad, aunque suele ser más frecuente que irrumpa en pleno desarrollo profesional de una persona, es decir, hacia los 30 años de edad. Según datos de la Sociedad Española de Reumatología (SER), actualmente hay 200.000 personas diagnosticadas de AR en nuestro país y cada año se detectan 20.000 nuevos casos. A pesar de ser la enfermedad reumática más común, sigue siendo una gran desconocida. Claro ejemplo es que, a pesar de que lo ideal sería detectarla a los tres meses de su aparición, la realidad es que, en nuestro país, un paciente tarda una media de diez meses en recibir el diagnóstico. Una de las causas que explica este retraso en el diagnóstico es la sintomatología confusa. Los síntomas son muy leves, puede haber dolores articulares difusos, con pequeñas hinchazones o rigidez, por ejemplo. Por ello, Antonio Torralba, presidente de la Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis), insiste en la importancia que tiene mantener una buena comunicación con el médico y, en concreto, con el de atención primaria. Saber ofrecer la máxima información al profesional es un aspecto primordial para lograr la eficacia del diagnóstico. actualmente tanto los análisis de sangre como la ecografía o la resonancia magnética permiten obtener diagnósticos fiables.