La importancia de la radiología mamaria para la reducción de las cirugías
La posibilidad de salvar una vida es cien veces mayor que la posibilidad de muerte causada por la radiación de la prueba
Es una realidad que la combinación de todas las técnicas de radiología mamaria -mamografías, resonancias, ultrasonidos, etc- ha hecho que se reduzca el número de cirugías en relación con la mama. La mamografía es un método rápido, ampliamente disponible, preciso, barato y aceptable para el diagnóstico y cribado del cáncer de mama, cuyo objetivo principal es reducir la mortalidad por cáncer de mama
La reducción de cirugías ha supuesto un ahorro para el sistema sanitario en concepto de operaciones preventivas. “Ahora sólo se opera el cáncer”, asegura Marcelino Iribar, miembro de SERAM y doctor del Hospital 12 de Octubre, quien afirma que, salvo excepciones, ahora se puede utilizar la imagen mamaria para saber si el objeto de diagnóstico es cáncer u otro tipo de afección.
La radiología mamaria ha sido objeto de debate, principalmente a la hora de establecer una edad propicia para que la mujer comience a realizarse mamografías periódicas. Según la presidenta de la Sociedad Española de Diagnóstico por la Imagen en Mama (SEDIM) -sociedad que forma parte de SERAM-, Marina Álvarez, y la vicepresidenta de la misma sociedad, Carmen Carreira, la edad ideal para realizar programas de cribado poblacional de cáncer de mama sería entre los 50 y los 69 años. En este grupo edad, según informaron las doctoras, se observa una reducción de la mortalidad de un 40 por ciento entre las mujeres que se someten a mamografías.
Antes de esa edad, “hay que tener la seguridad de que los beneficios superan a los riesgos”, apuntó la doctora Álvarez, cuestionando la recomendación de algunos ginécologos de que las mujeres deberían comenzar a realizarse mamografías a partir de los 35 años.
Estos riesgos serían, según la propia doctora, “los falsos positivos, la posibilidad de sobrediagnóstico, la necesidad de realizar más pruebas, biopsias mamarias, etc”. “Esto va a crear angustias innecesarias en las pacientes”, añadió Carreira. Fuera del rango de edad propuesto para el cribado poblacional, la elección de la mujer de realizarse una mamografía es particular de cada paciente. “No es que nos neguemos, pero es una decisión a título individual”, explicó Álvarez.
Sin embargo, el beneficio de las mamografías, para ambas doctoras, supera con creces los riesgos. Según recuerda la SERAM, la posibilidad de salvar una vida mediante la detección precoz de cáncer de mama mediante cribado es 100 veces mayor que la posibilidad de muerte causada por la radiación producida en la prueba. Las mamografías de cribado son consideradas uno de los avances médicos más notorios de las últimas décadas, y las mujeres deben ser informadas de que la mamografía salva vidas y el riesgo de radiación es mínimo.