Las bacterias orales se relacionan con el empeoramiento de la artritis reumatoide
Los efectos inflamatorios de las bacterias asociadas con la periodontitis pueden extenderse mucho más allá de la boca y provocar episodios sistémicos, activando el inflasoma y contribuir, de esa forma, a la progresión de artritis reumatoide que afecta de pleno a las articulaciones del cuerpo humano.
La periodontitis es una enfermedad inflamatoria crónica causada por una infección bacteriana en el periodonto que conduce a la secreción de numerosas citocinas proinflamatorias. Se trata de una de las afecciones dentales más prevalentes en todo el mundo que, de no tratarse, puede acabar provocando la pérdida de piezas dentales.
Además, los efectos inflamatorios de las bacterias periodontales pueden extenderse mucho más allá de la boca y provocar episodios sistémicos. Así lo han demostrado diversos estudios clínicos, estableciendo que el patógeno periodontal Aggregatibacter-actinomycetemcomitans-(A.actinomycetemcomitans) está estrechamente relacionado con la aparición y el empeoramiento de la artritis reumatoide (AR), que afecta a las articulaciones.
En este contexto, un equipo de investigación de la Universidad Médica y Dental de Tokio (TMDU) (Japón) se marcó como objetivo demostrar el estrecho vínculo entre la infección intraperitoneal con dicha bacteria asociada a periodontitis y la artritis reumatoide.
Inflamación de extremidades
Para tal fin, los investigadores realizaron experimentos preliminares para confirmar si la infección por A. actinomycetemcomitans influía en la artritis en ratones. Para ello, utilizaron el modelo de ratón de artritis inducida por anticuerpos de colágeno, que es un modelo experimental bien establecido que imita varios aspectos de la AR en humanos. Descubrieron que la infección con esta bacteria específica provocó un aumento de la hinchazón de las extremidades, la infiltración celular en el revestimiento de las articulaciones y niveles más altos de la citocina inflamatoria interleucina-1β (IL-1β) dentro de las extremidades.
En particular, estos síntomas de empeoramiento de la AR podrían suprimirse administrando un agente químico llamado clodronato que agota los macrófagos, un tipo de célula inmunitaria. Esto demostró que los macrófagos estaban de alguna manera involucrados en el agravamiento de la AR causada por la infección.
Una investigación posterior con macrófagos derivados de la médula ósea de ratón reveló que la infección por A. actinomycetemcomitans aumentó la producción de IL-1β. A su vez, esto desencadenó la activación de un complejo multiproteico conocido como inflamasoma, que desempeña un papel clave en la iniciación y modulación de la respuesta inflamatoria del cuerpo a las infecciones.
Los investigadores agregaron una pieza más a este rompecabezas utilizando ratones deficientes en caspasa-11. En estos animales, la activación del inflamasoma debido a A. actinomycetemcomitans se suprimió. Lo más importante es que los ratones deficientes en caspasa-11 mostraron un menor deterioro de los síntomas de artritis, lo que indica el importante papel que desempeña la caspasa-11 en este contexto.
“Los resultados de nuestra investigación proporcionan nuevos conocimientos sobre el vínculo entre las bacterias periodontal patógenas y la exacerbación de la artritis a través de la activación del inflamasoma, ofreciendo información importante sobre la relación, durante mucho tiempo debatida, entre la enfermedad periodontal y las enfermedades sistémicas”, según señaló el profesor Toshihiko Suzuki, uno de los autores principales del estudio.
Los hallazgos de esta investigación pueden allanar el camino para avances en los tratamientos clínicos para la AR inducida por la infección con A. actinomycetemcomitans. “Nuestra sugerencia de inhibir la activación del inflamasoma podría atenuar la expansión de la inflamación a las articulaciones, lo que resultaría en una recuperación de los síntomas de la artritis”, afirmó el autor principal, el Dr. Tokuju Okano.
El resultado de este trabajo, publicado en el ´Journal of Oral Science´, podría contribuir, según los autores, al desarrollo de estrategias de tratamiento no solo para la artritis, sino también para otras enfermedades sistémicas, como la enfermedad de Alzheimer, al parecer también relacionada con las bacterias periodontal patógenas. Rv: Ana Mera, farmacéutica. Barcelona