La mayoría de la población consume niveles inadecuados de micronutrientes esenciales
Un estudio ha concluido que las carencias de micronutrientes esenciales para la salud son una de las formas más comunes de malnutrición en el mundo. Entre estos destacan la falta de yodo, vitamina E, calcio o hierro, entre otros.
Más de la mitad de la población mundial consume niveles inadecuados de varios micronutrientes esenciales para la salud, como calcio, hierro y vitaminas C y E, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB) y la Alianza Mundial para la Mejora de la Nutrición (GAIN).
El estudio, publicado en ´The Lancet Global Health´, es el primero que proporciona estimaciones mundiales del consumo inadecuado de 15 micronutrientes fundamentales para la salud humana.
Las carencias de micronutrientes son una de las formas más comunes de malnutrición en el mundo, y cada carencia conlleva sus propias consecuencias para la salud, desde resultados adversos en el embarazo hasta ceguera, pasando por una mayor susceptibilidad a las enfermedades infecciosas.
Investigaciones anteriores han calculado las cantidades de micronutrientes disponibles y consumidas por las personas; este estudio evalúa si estas ingestas cumplen los requisitos recomendados para la salud humana y examina las deficiencias a las que se enfrentan específicamente hombres y mujeres a lo largo de su vida.
“Nuestro estudio es un gran paso adelante. No sólo porque es el primero que calcula la ingesta inadecuada de micronutrientes en 34 grupos de edad y sexo en casi todos los países, sino también porque pone estos métodos y resultados al alcance de investigadores y profesionales”, afirma el coautor del estudio y profesor de investigación de la UCSB, Chris Free.
Los investigadores utilizaron datos de la Global Dietary Database, el Banco Mundial y encuestas de recuerdo dietético en 31 países para comparar las necesidades nutricionales con la ingesta nutricional entre las poblaciones de 185 países. Dividieron a la población en hombres y mujeres pertenecientes a 17 grupos de edad: de 0 a 80 años en intervalos de cinco años, y un grupo de 80 años o más. La evaluación estudió quince vitaminas y minerales: calcio, yodo, hierro, riboflavina, folato, zinc, magnesio, selenio, tiamina, niacina y vitaminas A, B6, B12, C y E.
El estudio detectó una ingesta inadecuada significativa de casi todos los micronutrientes evaluados, excluyendo el enriquecimiento como fuente potencial de nutrientes adicionales. La ingesta inadecuada era especialmente prevalente en el caso del yodo (68% de la población mundial), la vitamina E (67%), el calcio (66%) y el hierro (65%). Más de la mitad de las personas consumían niveles inadecuados de riboflavina, folato y vitaminas C y B6. La ingesta de niacina fue la más cercana a la suficiencia, con un 22% de la población mundial consumiendo niveles inadecuados, seguida de la tiamina (30%) y el selenio (37%).
Las ingestas inadecuadas estimadas fueron mayores para las mujeres que para los hombres en el caso del yodo, la vitamina B12, el hierro y el selenio dentro de los mismos grupos de países y edades. Por el contrario, los hombres consumían niveles inadecuados de calcio, niacina, tiamina, zinc, magnesio y vitaminas A, C y B6 en mayor medida que las mujeres.
Aunque los patrones de insuficiencia de micronutrientes surgieron más claramente en función del sexo, los investigadores también observaron que los varones y las mujeres de 10 a 30 años eran los más propensos a niveles bajos de ingesta de calcio, especialmente en Asia meridional y oriental y en el África subsahariana. La ingesta de calcio también era baja en Norteamérica, Europa y Asia Central.
“Estos resultados son alarmantes. La mayoría de las personas -incluso más de lo que se pensaba, en todas las regiones y países de todos los ingresos- no consumen una cantidad suficiente de múltiples micronutrientes esenciales. Estas carencias comprometen los resultados sanitarios y limitan el potencial humano a escala mundial”, afirma el especialista técnico senior de GAIN, Ty Beal.
“El reto de salud pública al que nos enfrentamos es inmenso, pero los profesionales y los responsables políticos tienen la oportunidad de identificar las intervenciones dietéticas más eficaces y dirigirlas a las poblaciones más necesitadas”, añade el autor principal Christopher Golden, profesor asociado de nutrición y salud planetaria en la Escuela Chan de Harvard.
Los investigadores señalan que la falta de datos disponibles, especialmente sobre la ingesta alimentaria individual en todo el mundo, puede haber limitado sus conclusiones. Rv. Ana Mera, framacéutica. Barcelona