Un exceso de ruido exterior puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular en mayores de 45 años

La exposición a los niveles de ruido ambiental y las alteraciones del sueño, a consecuencia del mismo podrían desencadenar una cascada de reacciones en el cerebro y en el sistema endocrinoinmunológico.

El ruido por encima de 40 dBA por la noche y 55 dBA durante el día puede causar fatiga, estrés, trastornos del sueño o del estado de ánimo y problemas cardiovasculares, tal como demuestra la evidencia, según la cual también la exposición crónica entre 85 y 105 dBA conlleva un riesgo a largo plazo de pérdida de audición. A 105 dBA o más, existe un riesgo inmediato de tinnitus o incluso sordera.

En concreto, varios estudios, en su mayoría en Europa, han demostrado que el ruido tiene un efecto nocivo sobre la salud cardiovascular, estableciendo un vínculo entre la contaminación acústica y la incidencia de infarto de miocardio.

A estos se suma un nuevo estudio, publicado en la revista ´Noise & Health´, bajo la supervisión de la profesora Audrey Smargiassi, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Montreal (ESPUM) (Canadá), que apunta a una conexión entre el ruido y mayor riesgo de accidente cerebrovascular. Así, las personas que viven cerca de las arterias principales en grandes ciudades tendrían un mayor riesgo de sufrir un accidente de estas características.

El mecanismo fisiopatológico que se cree subyace a los efectos del ruido en el sistema cardiovascular se basa en la teoría general del estrés. La exposición a los niveles de ruido ambiental y las alteraciones del sueño inducidas por el ruido desencadenarían una cascada de reacciones en el cerebro y el sistema endocrinoinmunológico.

De ahí que el objetivo específico del estudio fue examinar la asociación entre la exposición residencial a largo plazo al ruido ambiental total y la incidencia de accidentes cerebrovasculares. “En este caso, estamos analizando una asociación entre el ruido y el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico, no de una relación causa-efecto“, puntualizo la prof. Smargiassi. “Nuestros análisis estadísticos son imperfectos y no podemos concluir que un accidente cerebrovascular se deba específicamente al ruido ambiental“.

Este estudio complementa un informe internacional publicado por el Health Effects Institute, que revisó 353 artículos científicos publicados entre 1980 y 2019 sobre los efectos en la salud de la contaminación del aire relacionada con el tráfico. L.D.B. (SyM)

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