Se detecta un incremento de enfermedad hepática a consecuencia de los cambios de estilo de vida por la pandemia
Esta patología pudo verse afectada negativamente por los cambios en el estilo de vida durante el primer año de la pandemia de COVID-19.
Un estudio de la Universidad Metropolitana de Osaka (Japón) revela un incremento de casos de enfermedad del hígado graso asociada a disfunción metabólica a partir de la pandemia de COVID-19 y lo asocian a las comidas nocturnas y al aumento del consumo de alcohol. Dicha patología se vio, así, afectada negativamente por los cambios en el estilo de vida que se mantuvo a partir del primer año de la pandemia.
Para el estudio, cuyos resultados aparecen publicados en la revista ´Liver International´ y a los que ha tenido acceso SyM, se utilizaron datos de chequeos de salud de 973 participantes entre 2018 y 2020 y halló que se habían duplicado los nuevos diagnósticos de enfermedad del hígado graso asociado a disfunción metabólica (de 22 antes de la COVID-19 a 44 durante la pandemia).
Los investigadores analizaron los hábitos de estilo de vida de los 22 pacientes que desarrollaron enfermedad del hígado graso asociada a disfunción metabólica entre julio de 2018 y diciembre de 2019. Entre los parámetros analizados se incluían la ingesta de alcohol, el ejercicio, la duración del sueño, las comidas del día y las comidas nocturnas. A través de un análisis univariado y multivariado de los datos para controlar los posibles factores de riesgo como la edad, el sexo, etc., encontraron que solo la proporción de comidas nocturnas era significativamente mayor, lo que lo marca como un predictor independiente de desarrollar dicha patología. “Antes de la pandemia, encontramos que las comidas nocturnas de rutina o la cena 2 horas antes de acostarse eran un predictor independiente del estilo de vida de desarrollar enfermedad del hígado graso“, afirma Hideki Fujii, primer autor del estudio, “sin embargo, el análisis mostró una mayor ingesta diaria de alcohol como un predictor independiente de la enfermedad durante la pandemia“.
Necesidad de monitorear cambios durante la pandemia
Precisamente, entre diciembre de 2019 y hasta un año después, en los 44 pacientes adicionales que desarrollaron esta enfermedad del hígado, los investigadores encontraron un aumento en la ingesta de alcohol principalmente entre pacientes menores de 60 años. “Ello representa una proporción importante de la población adulta”, según el Dr. Fujii, “lo que sugiere la necesidad de monitorear y abordar más de cerca este cambio de estilo de vida a medida que continúa la pandemia“. Además, la proporción de fumadores y los que comían 2 comidas al día en lugar de 3 fue mayor en los que desarrollaron enfermedad de hígado graso durante la pandemia.
“Nuestros datos provienen de personas que, después de someterse a una ecografía abdominal en 2018, regresaron para seguimientos de rutina hasta 2020“, explicó Fujii. Si bien el equipo de investigación es consciente de que esto sugiere que la mayoría de los participantes estaban lo suficientemente sanos como para trabajar y eran lo suficientemente conscientes de su salud para someterse voluntariamente a chequeos médicos, “teníamos curiosidad sobre el impacto que tuvo el COVID-19 y sus estilos de vida ´nuevos normales´ relacionados con enfermedad del hígado graso asociado a disfunción metabólica, algo que hasta ahora era desconocido”, añadió.
A medida que la pandemia continúa en 2022, estos resultados son cada vez más relevantes para el asesoramiento sobre el estilo de vida del paciente para prevenir el aumento del número de personas con enfermedad del hígado graso asociado a disfunción metabólica. J.S.T. (SyM)