Las prótesis de rodilla no cementadas, impresas a medida, reproducen fielmente la biomecánica del paciente
Las prótesis de rodilla no cementadas son una opción válida en pacientes de 70 o más años, presentando buenos resultados clínicos, radiológicos y de supervivencia, según un estudio publicado en la Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología por miembros de los servicios de COT de los hospitales Universitario Doctor Peset (Valencia) y de Denia (Alicante). Según explica José Luis Rodrigo, jefe del servicio de COT del Hospital Universitario Doctor Peset, “decidimos realizar este estudio debido a que, desde la aparición de los implantes no cementados, la elección de la técnica de fijación, cementación o no cementación, es un tema controvertido”.
Las prótesis de rodilla cementadas continúan siendo el tratamiento preferido en la actualidad, pero esta tendencia está cambiando. Esto se debe a que los resultados obtenidos con los primeros implantes no cementados fueron desfavorables. Sin embargo, con los implantes de nueva generación los resultados y las tasas de supervivencia son cada vez mejores. La edad hasta la cual no cementar, también es un tema debatido y menos estudiado. “Por ello, decidimos investigar los resultados en pacientes mayores y las conclusiones que obtuvimos van en consonancia con las últimas publicaciones bibliográfica”, remarca Rodrigo, coautor del estudio.
Con ese punto de partida, el trabajo ha analizado los resultados clínicos, radiológicos, la supervivencia y las complicaciones obtenidos en pacientes de 70 años o más intervenidos mediante artroplastia total de rodilla (ATR) no cementada. Para ello, se realizó un estudio observacional de pacientes intervenidos en el Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia entre enero 2014 y diciembre 2016 con el modelo Natural Knee (Zimmer®). Las variables principales fueron la puntuación de Oxford Knee Score y la de la escala visual analógica, la presencia de radiolucencias, complicaciones, supervivencia y motivo de revisión.
De las 104 ATR, estuvieron disponibles un total de 86 para su revisión -mediana de edad de 76 años y seguimiento medio de 5,4 años (rango 3,7-6,9)-. La puntuación del Oxford Knee Score presentó una mediana de 17 (rango 0-40) prequirúrgica y 37 (rango 5-48) posquirúrgica (p < 0,001) y el 87,2 por ciento de los pacientes obtuvo una mejoría clínicamente significativa.
La mediana de la puntuación de la escala visual analógica fue 8 (rango 4-10) prequirúrgica y 2 (rango 1-9) posquirúrgica (p < 0,001), mostrando que el 88,3 por ciento de los pacientes obtuvo una disminución clínicamente significativa. “Estos resultados muestran como los pacientes incluidos en nuestro estudio presentan una mejoría significativa en el dolor y la funcionalidad de sus rodillas tras la cirugía protésica no cementada. Además, hacemos hincapié en que no solo se trata de una mejora analítica, sino que también se traduce clínicamente”; apunta Rodrigo.
Alrededor del platillo tibial, a los tres meses de la cirugía, el 55,81 por ciento de las ATR presentaron radiolucencias, una cifra que se redujo hasta el 30,23 por ciento al final del seguimiento. Según expone Rodrigo, “La aparición de radiolucencias es más frecuente en los implantes no cementados; sin embargo, el análisis de las mismas no está presente en una gran cantidad de estudios y consideramos importante evaluar su comportamiento. Hasta el momento se ha visto que su presencia no genera peores resultados clínicos y, la tendencia habitual, es que se reduzcan con el paso del tiempo, como ocurre en nuestros pacientes”. Los datos también muestran que la supervivencia por todas las causas fue del 91,86 por ciento a los 77,2 meses y del 96,5 por ciento por aflojamiento aséptico. “Los resultados obtenidos en cuanto a supervivencia son similares a los publicados en la bibliografía, lo que nos hace pensar que los implantes no cementados en pacientes de 70 años o más son una opción válida”, enfatiza.
Innovaciones y futuro
Además de evaluar mediante escalas validadas los resultados, los investigadores han introducido el análisis de resultado clínicamente significativo. “Consideramos de gran importancia utilizar este parámetro en este tipo de estudios, ya que obtener una mejoría postquirúrgica en una escala funcional no siempre se traduce en una mejoría clínica relevante”, afirma Rodrigo. A partir de este trabajo, concluye el especialista, “sería interesante aumentar el seguimiento para determinar la supervivencia a 10 o 15 años”. Sin embargo, reconoce, “estos análisis son más complejos de realizar debido a la pérdida de seguimiento de la muestra con el paso del tiempo”. E. Mezquita (DM)