Las embarazadas son uno de los grupos de mayor riesgo
Sanidad las ha incluido en su informe científico-técnico en relación con el Covid-19 al detectar efectos adversos en los recién nacidos.
Las embarazadas son uno de los grupos con mayor riesgo frente al Covid-19, según la última versión del documento científico-técnico para profesionales publicado el pasado domingo por el Ministerio de Sanidad y que viene a actualizar el del pasado 17 de marzo en donde no se las incluía como tales. A día de hoy sigue sin haber suficiente evidencia científica acerca de la transmisión del SARS-CoV-2 en gestantes. Sin embargo, Sanidad las incluye entre los grupos con mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave por Covid-19, junto a las personas que tienen más de 60 años, los que presentan enfermedades cardiovasculares e hipertensión arterial, diabetes, enfermedades pulmonares crónicas, cáncer e inmunodepresión.
Así, tras reconocer que «existen muy pocos datos disponibles sobre embarazadas afectadas por el Covid-19», afirman que «parece que no son más susceptibles de infectarse por coronavirus, de hecho este nuevo virus parece afectar más a hombres que mujeres». El informe también hace hincapié en que «la neumonía en las pacientes embarazadas no parece ser más grave que en el resto de grupos de población» y que «no hay evidencia de la transmisión intrauterina del SARS-CoV-2 en mujeres que adquieren la infección durante el tercer trimestre de embarazo». Sin embargo, lo que sí han detectado es que, en caso de sufrir una «infección perinatal por SARS-CoV-2» ésta «puede tener efectos adversos sobre los recién nacidos, como pérdida del bienestar fetal, parto prematuro, distrés respiratorio, trombocitopenia acompañado de alteración de la función hepática e incluso la muerte».
Para llegar a estas conclusiones, el documento tiene en cuenta un estudio elaborado con una muestra pequeña: nueve embarazadas en el tercer trimestre de gestación con Covid-19 y nueve mujeres después de dar a luz y diez bebés. Todas ellas tenían entre 26 y 40 años y ninguna presentaba enfermedades crónicas asociadas, aunque una de ellas había desarrollado hipertensión durante el embarazo, otra preeclampsia y otra tenía coinfección por gripe. Cinco de ellas tuvieron linfopenia, 6 elevación de la PCR y solo una paciente tuvo elevación importante de transaminasas, sin fallo hepático. El hallazgo radiológico más frecuente que se detectó «en el estudio tomográfico (ocho casos) fue el patrón en vidrio esmerilado». Además, ninguna embarazada tuvo neumonía grave ni ninguna gestante requirió ventilación mecánica.
Durante el parto, todos los casos fueron por cesáreas y se detectaron complicaciones en seis de los nueve: dos por rotura prematura de membranas, dos partos pretérmino y en dos, sufrimiento fetal. Sin embargo, no se produjeron muertes fetales, neonatales ni asfixia perinatal. Además, en seis de los casos, las muestras de líquido amniótico tomadas por aspiración directa en el momento del parto de la sangre del cordón umbilical, la leche materna y el aspirado faríngeo en el recién nacido fueron negativas para SARS-CoV-2. Si bien, no consta información acerca de si posteriormente los recién nacidos desarrollaron algún síntoma.
En la segunda parte, a nueve mujeres y diez bebés, los autores detectaron que los síntomas (principalmente fiebre y tos) se iniciaron antes del parto en cuatro casos, dos en el mismo día del parto y tres en el posparto. En seis casos se detectó alteración del bienestar fetal, siete fueron cesáreas y seis niños nacieron prematuros. El síntoma principal de los recién nacidos –en seis casos– fue distrés respiratorio, además dos tuvieron fiebre, dos alteración de la función hepática, uno taquicardia, uno vómitos y un caso de neumotórax. En el momento de la publicación del estudio, cinco recién nacidos estaban sanos, uno había fallecido y cuatro permanecían hospitalizados, pero estables. Se recogió muestra orofaríngea de nueve de los 10 niños y en todos los casos los resultados de la PCR para SARS-CoV-2 fue negativa.
Ahora bien, no hay datos científicos suficientes que demuestren una mayor afectación de las gestantes al virus, por lo que lo más importante es minimizar el riesgo de contagio a través de las medidas preventivas que recomiendan fuentes oficiales, a las que Quirónsalud se suma, como lavarse las manos de forma frecuente y mantener más de un metro de distanciamiento social. Belén Tobalina