La diabetes se incrementará un 55% en tres décadas
Del 14% de la población adulta con esta patología en España, el 6% ni siquiera tiene conocimiento que padece la enfermedad.
A. SENDÍN. BARCELONA. El pasado día 14 se celebró el Día Mundial de la Diabetes, una enfermedad que en España afecta a casi 5 millones y medio de personas, 382 millones en todo el mundo según la International Diabetes Federation. Lo preocupante es que esta cifra va en aumento año tras año y, además, cada vez se diagnostica a edades más tempranas. Se estima que, si la tendencia sigue como hasta ahora, en 2035 estaremos hablando de unos 592 millones de diabéticos en el mundo, un incremento de un 55%. En Europa el aumento se calcula que podría ser del 22%. Otro dato alarmante que se puso de relieve en este Día Mundial, es el desconocimiento diagnóstico por parte de muchos afectados.
En España el 14% de la población adulta tiene diabetes, el 8% está diagnosticada, pero el otro 6% ni siquiera conoce que tiene la enfermedad, según un estudio llevado a cabo por el CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas publicado en 2012. Otro estudio, realizado por investigadores de la escuela de Salud Pública Bloomberg, en la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, EEUU), publicado en la revista Annals of Internal Medicine, analizó el aumento de esta alteración en el metabolismo de la glucosa en las últimas décadas. En él se observó que la prediabetes pasó de un 12% a un 30%. “Es en estas fases iniciales en las que sabemos que tiene mucha trascendencia el diagnóstico precoz y el control para la progresión futura de la patología”, señala el especialista de endocrinología y nutrición y profesor titular de la Universidad de Oviedo, Elías Delgado.
Para el manejo de la diabetes, tan importante es controlar el azúcar y la hemoglobina glucosilada como la tensión arterial, el colesterol o la antiagregación, entre otros. “Sólo el 12,9% de los pacientes tienen controlados todos los factores de riesgo cardiovascular”, recalca Delgado. A pesar de ello, las complicaciones se han reducido no sólo en el pequeño vaso, la microangiopatía, sino también las enfermedades macrovasculares. “Pero estas últimas no han bajado tanto en la población diabética como en la general, por lo que todavía podemos mejorar mucho más. Este es el gran reto que tenemos sobre la mesa”, añade este especialista.
En los últimos años han ido apareciendo gran cantidad de familias terapéuticas con dos ventajas fundamentales. La primera es que no producen hipoglucemias, el gran riesgo de los diabéticos, y la segunda es que se dispone de fármacos que consiguen reducir el peso. “En la actualidad tenemos hasta cinco o seis alternativas para asociar a la metformina, el primer escalón terapéutico”, declara Elías Delgado. Cada una de ellas se valora en función de las necesidades concretas de cada paciente. “Uno de los grandes avances ha sido poder disponer, desde hace unos meses, de dispositivos subcutáneos que miden los niveles de glucosa sin necesidad de pincharse”, subraya Delgado. La lectura de los niveles de glucosa se realiza a través de un sensor dotado de un filamento que se implanta bajo la piel, habitualmente en la parte posterior y superior del brazo, donde permanece un máximo de 14 días.
La diabetes, como la mayoría de enfermedades crónicas, consume buena parte de los recursos de la sanidad pública por el elevado coste que supone esta patología, concretamente entre un 5 y 8% de los presupuesto de Sanidad. Las complicaciones y los ingresos hospitalarios representan la mayor carga añadida. El papel del enfermo es especialmente decisivo. Se estima que en diabéticos tipo 1 el 90% de las acciones del tratamiento las realiza el propio paciente. De hecho, es la única enfermedad que ha demostrado que casi la mitad de las complicaciones crónicas son evitables con un buen control.
La telemonitorización domiciliaria permite reducir los ingresos hospitalarios y el uso de los servicios de urgencia, en beneficio de los centros de asistencia primaria. De este modo, explica Delgado, “el especialista puede tener información actualizada del paciente desde su centro de trabajo y el diabético recibe consejos por parte de profesionales médicos sin tener que desplazarse”. Estas plataformas, además, consiguen una mayor implicación del paciente en su enfermedad, aspecto clave para un mejor control diabetológico.