El ‘Memorándum John Snow’
Por Antoni Trilla, epidemiólogo, Hospital Clínic de Barcelona
La segunda ola de Covid-19 está afectando duramente a Europa cuando iniciamos la segunda quincena de noviembre. Con el invierno acercándose, necesitamos una comunicación clara sobre los riesgos que plantea la Covid-19 y sobre las estrategias efectivas para combatirla. En el Memorándum John Snow (una figura histórica de la epidemiología), publicado en Lancet este octubre, miles de médicos y científicos del mundo compartimos opinión al respecto de la evidencia científica en esta enfermedad. En la fase inicial de la pandemia muchos países establecieron confinamientos –restricciones a la población, incluyendo órdenes de permanecer y trabajar desde casa– con el objeto de frenar la rápida propagación del virus.
Estos confinamientos fueron fundamentales para reducir la mortalidad, evitar el colapso del sistema sanitario y ganar tiempo para implantar sistemas de respuesta a la pandemia dirigidos a controlar la transmisión después del confinamiento. Estas medidas han sido difíciles para todos, afectando nuestra salud física y mental y dañando la economía. Todo ello ha contribuido a la desmoralización y la desconfianza de la población, tras la llegada de esta segunda ola y a la toma de conciencia de los múltiples desafíos no resueltos que plantea la Covid-19. Nos hemos enfrentado estas semanas a un aumento rápido de los casos en Cataluña y España. Hay que actuar siempre con calma, decisión y rapidez. Las medidas efectivas para controlar la transmisión deben implementarse con rigor. Deben estar respaldadas por programas financieros y sociales que apoyen a la sociedad durante este periodo complicado y aborden las desigualdades agravadas por la pandemia.
Es probable que necesitemos restricciones por periodos cortos de tiempo. El propósito de las mismas es disminuir las infecciones hasta niveles suficientemente bajos que permitan que nuestro sistema sanitario siga funcionando normalmente, la detección rápida de brotes localizados y una respuesta eficaz mediante la búsqueda, diagnóstico, rastreo y aislamiento de casos. Hay que lograr que nuestra vida pueda volver a ser casi normal, conviviendo con el virus, pero sin necesidad de restricciones generalizadas.
La defensa de nuestra economía está indisolublemente ligada al control adecuado de la Covid-19. Debemos proteger a toda la población y evitar la incertidumbre duradera. La evidencia es clara: controlar la transmisión de la Covid-19 es la mejor manera de proteger nuestra sociedad hasta que dispongamos de vacunas y tratamientos seguros y efectivos en los próximos meses.
No podemos permitirnos ahora distracciones que socaven una respuesta eficaz. Es fundamental que actuemos todos con decisión y pragmatismo: no todo es posible ni se puede llevar a cabo como sería deseable. Nunca estaremos todos satisfechos con las medidas y la queja es legítima. Pero es mucho más útil y solidario formar parte de la solución y no formar parte del problema. El enemigo es el virus.