Confirman que los niños transmiten poco el SARS-CoV-2
La segunda parte del estudio realizado en hospitales de Cataluña ‘Copedi-CAT’ corrobora, tras la apertura de los colegios y el inicio del curso, la escasa transmisibilidad vírica por parte de los niños.
En 783 de los 1.081 casos pediátricos diagnosticados de covid-19 se identificó a un adulto de la familia como caso índice. Solo un 8% (86 casos) de los pacientes pediátricos con diagnóstico de covid-19 confirmado en Cataluña entre el 1 de julio y el 31 de octubre transmitieron la infección por SARS-CoV-2 al resto de miembros de su núcleo familiar, según la parte prospectiva del estudio ‘Covid pediátrico en Cataluña: sumando esfuerzos para dar respuestas a la covid-19 (Copedi-CAT)’, realizado a partir de 1.081 pacientes pediátricos con una PCR positiva y 3.515 contactos familiares diagnosticados entre el 1 de julio y el 31 de octubre.
Esta segunda parte del estudio se realizó durante los meses de verano y durante las primeras siete semanas después del inicio de las escuelas, después de la desescalada y en fase de nueva normalidad, a diferencia de la parte retrospectiva del estudio, en la que los casos diagnosticados correspondían al periodo de confinamiento. Cabe mencionar también que en el estudio prospectivo se ha dispuesto de capacidad diagnóstica con PCR de forma generalizada para el estudio de contactos.
En la parte retrospectiva del estudio, presentada el pasado mes de agosto, se indicaba que un 3,4% de los pacientes pediátricos con diagnóstico de covid-19 confirmado en Cataluña entre el 1 de marzo y el 31 de mayo (en pleno confinamiento) fueron los transmisores del SARS-CoV-2 dentro de su núcleo familiar. En esta segunda parte del estudio, en 783 de los casos (72,4% de los casos) se identificó otro miembro de la familia con PCR o diagnóstico microbiológico anterior a los del menor, o que claramente tenía síntomas de covid-19 diagnosticado antes que el menor y en contacto directo con él.
Casos secundarios
Solo en 86 casos (8%) se determinó después del estudio de contactos que el paciente pediátrico había contagiado el SARS-CoV-2 a otros miembros de su familia. No obstante, hay que decir que en 55 casos adicionales el caso índice era otro menor de la familia (5%). “El estudio prospectivo reafirma que los niños son menos transmisores del SARS-CoV-2 que los adultos en el entorno domiciliario, como ya apuntaba la primera parte, de carácter retrospectivo, realizada con niños diagnosticados del 1 de marzo al 31 de mayo, en pleno confinamiento”, explica Pere Soler, jefe de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría de Vall d’Hebron.
“Ahora constatamos que la libre circulación de los niños y el retorno a las escuelas no han supuesto una mayor transmisión del SARS-CoV-2 por parte de ellos. La inmensa mayoría de los pacientes pediátricos analizados han sido casos secundarios, a pesar de que el domicilio es un espacio con una carga de enfermedad considerable y seis de cada diez convivientes de los núcleos familiares participantes en el estudio han sido diagnosticados de covid-19 con confirmación microbiológica”, añade Soler, que también es jefe del grupo de investigación de Infección en el Paciente Pediátrico Inmunodeprimido del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR).
Vall d’Hebron ya presentó los resultados de la parte retrospectiva del estudio este mes de agosto. Ahora, la parte prospectiva confirma las conclusiones obtenidas. Además, estos datos son todavía más robustos, por el aumento significativo de núcleos familiares incluidos.
Por otro lado, los menores de edad ya no estaban confinados y en las últimas semanas del estudio acudían a la escuela y, por lo tanto, tenían muchos más contactos sociales. Además, en la parte retrospectiva se podía producir un sesgo del rastreo de los contactos (y, por lo tanto, del origen del contagio) a causa del “fenómeno del olvido”, es decir, que los participantes no recordaran con exactitud su cadena de contactos.
En la parte prospectiva, cuando se detectaba que el menor era positivo, inmediatamente se iniciaba el estudio de contactos y, además, éste se realizaba por parte de los pediatras de cabecera de los niños. El estudio, aún no publicado, se presenta ahora a causa de la situación de incertidumbre generada por la pandemia y el retorno de los menores de edad a las escuelas.
La mitad asintomáticos
El estudio prospectivo también señala que un 47% de los pacientes pediátricos con covid-19 (un total de 506) son asintomáticos. En los casos con síntomas, el más habitual es la fiebre (70,6%; 406 niños), seguida de tos (36,9%, 212 niños), dolor de cabeza (24,5%, 141 niños), fatiga (24,3%, 140 niños) y diarrea (16,3% 94 niños). “El número de niños que requieren un ingreso hospitalario por la covid-19 sigue siendo muy bajo”, resume Antoni Soriano, de la Unidad de Patología Infecciosa e Inmunodeficiencias de Pediatría e investigador del grupo de investigación de Infección en el Paciente Pediátrico Inmunodeprimido del VHIR.
Solo un 2,5% de los pacientes pediátricos (27, de un total de los 1.072 del estudio de los cuales se tenía información sobre hospitalización) han requerido hospitalización del 1 de julio al 31 de octubre, mientras que en el estudio retrospectivo (del 1 de marzo al 31 de mayo) fueron un 19%. Un total de 118 niños (11%) presentaban comorbilidades u otras enfermedades previas, sin que estas hayan supuesto un aumento del riesgo de ingreso. El 99,2% (1.006 pacientes) se recuperó totalmente y solo cinco (0,4%) presentaron secuelas.
“La afectación de la covid-19 en los menores de edad de Cataluña sigue siendo escasa después del periodo de confinamiento, con los niños con plena movilidad”, valora Magda Campins, jefa del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología de Vall d’Hebron. “En más de un 70% de los casos, el caso índice u originario del foco de infección del SARS-CoV-2 ha sido un adulto”.
Esfuerzo diagnóstico
El núcleo familiar es uno de los principales espacios donde se transmite la enfermedad con un total de 62,2% de PCR positivas (2.161) del total de 3.515 realizadas en este ámbito. “Este estudio nos ha permitido ampliar la información sobre el SARS-CoV-2 en el ámbito de la población pediátrica”, afirma Juliana Esperalba, del Servicio de Microbiología de Vall d’Hebron e investigadora del grupo de Microbiología del VHIR, quien, junto con Andrés Antón, lidera la realización de estudios serológicos y pruebas PCR del estudio.
“La realización de PCR ha aumentado de forma exponencial en los últimos meses, también en los menores. Ha pasado de 38.400 en el mes de agosto a 79.140 en septiembre y más de 140.000 en octubre. Durante las ocho primeras semanas de escuela se han realizado 287.046 PCR a menores de 18 años en Cataluña. Un esfuerzo necesario por parte de laboratorios clínicos como el de Vall d’Hebron para garantizar la vuelta a la actividad académica y laboral con la máxima seguridad”, añade Esperalba.
La parte prospectiva del estudio Copedi-CAT ha incluido 1.081 pacientes de 0 a 18 años con diagnóstico de covid-19 confirmado por laboratorio, y atendidos por sus pediatras de atención primaria, “que han sido los encargados de recoger todos los datos de los casos y sus contactos intradomiciliarios”, explica Anna Gatell, del equipo de pediatría territorial Alt Penedès-Garraf y representante del grupo de pediatras de Atención Primaria.
El estudio epidemiológico de la parte prospectiva se ha completado por parte de los pediatras de Atención Primaria y de diferentes hospitales con una encuesta a las familias con casos pediátricos de covid-19. La Sociedad Catalana de Pediatría hizo un llamamiento a todos los pediatras de Atención Primaria para colaborar en el proyecto, que ya cuenta con la representación de más de un centenar en todo el territorio catalán. Ahora mantienen reuniones semanales por videoconferencia para favorecer esta coordinación y se ha puesto en marcha junto con el IDIAP el proyecto de constituir un Grupo Emergente de Investigación Copedi-CAT en el ámbito de la Atención Primaria, para trabajar otros aspectos en investigación y covid-19 en niños y adolescentes. “Esta participación conjunta es una muestra de la investigación multidisciplinaria y colaborativa entre atención hospitalaria y atención primaria”, concluye Anna Gatell. M.T.T. (DM)