Dermatitis seborreica: características, evolución y tratamiento
Por Lorea Bagazgoitia, dermatóloga.
Posiblemente, la dermatitis seborreica es una de las enfermedades dermatológicas más frecuentes y de consulta habitual en la oficina de farmacia. Se calcula que su prevalencia puede rondar el 3% de la población, con un pico en la década de los 30 a los 40 años, aunque también puede afectar a niños. Es más frecuente en hombres, así como en personas con VIH+ y con enfermedad de Parkinson.
¿Qué es la dermatitis seborreica?
La dermatitis seborreica (también llamada sebopsoriasis, eczema seborreico o pitiriasis capitis), es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que cursa a brotes.
Es frecuente que afecte al cuero cabelludo, en forma de descamación, que en ocasiones cobra un tono amarillento, más o menos adherida al cuero cabelludo. “Caspa” es el término coloquial para describir lo que técnicamente llamamos dermatitis seborreica. Puede cursar con picor e, independientemente del cuero cabelludo, esta condición puede afectar también a zonas seborreicas como la cara o el pecho. En el rostro, muy característicamente afecta al surco nasogeniano, la glabela y las cejas. En ocasiones aparece también en los párpados, en cuyo caso recibe el nombre de blefaritis seborreica. En los hombres no es raro verlo también en la zona de la barba.
La piel de los bebés es más seborreica durante los primeros meses de vida, fruto de andrógenos circulantes que pasaron por vía transplacentaria durante el embarazo a su torrente sanguíneo. Por esta razón, hasta el 10% de los bebés menores de 3-4 meses de edad pueden presentar dermatitis seborreica en el cuero cabelludo (llamada costra láctea), rostro, tórax o zona del pañal.
¿A qué se debe?
La causa exacta de la dermatitis seborreica no se conoce. A pesar de su nombre, la producción sebácea no está aumentada ni se trata específicamente de una enfermedad de las glándulas que la producen. Se piensa que las lesiones cutáneas de la dermatitis seborreica son debidas a una inflamación secundaria a la presencia del hongo del género malassezia, presente en las zonas sebáceas de la piel. De este modo, la producción sebácea favorecería la proliferación de este hongo e, indirectamente, la aparición de las lesiones.
Los hongos del género malassezia son saprofitos en la piel humana. Las especies concretamente implicadas en la dermatitis seborreica son malassezia globosa y malassezia restricta. Es probable que las lipasas de estos hongos degraden el sebo de la superficie cutánea, dando lugar a moléculas como el ácido oleico, la malasezzina o el indole-3 carbaldehído. Estas moléculas tienen capacidad irritante e inducen un proceso inflamatorio que dará lugar a las lesiones características de dermatitis seborreica. Esta hipótesis se ve apoyada porque, como veremos más adelante, el cuadro mejora con el uso de antifúngicos.