¿Cómo mejorar el tratamiento del cáncer de próstata?
Descubiertas moléculas que pueden frenar la enfermedad de un modo distinto a los fármacos actuales
Después de analizar dos mil moléculas una a una en el sincrotrón Alba, la bioquímica Eva Estébanez y su equipo han encontrado lo que buscaban: cinco moléculas que podrían convertirse en fármacos contra el cáncer de próstata. Este mes las han empezado a probar en cultivos celulares en su laboratorio del Institut de Biomedicina de la Universitat de Barcelona (IBUB). Si los resultados son positivos como esperan, el año próximo tienen previsto probar las más prometedoras en animales para poder iniciar más adelante ensayos en pacientes.
“Buscamos un fármaco que funcione de manera diferente a los actuales y que pensamos que mejorará el tratamiento de los enfermos”, explica la investigadora, que se formó con el premio Nobel de Química Robert Huber en el Instituto Max Planck de Bioquímica en Munich, y después en la Universidad de California en San Francisco, para aprender a descifrar la estructura tridimensional de las proteínas.
Los fármacos actuales intentan anular los receptores androgénicos, que están involucrados en el origen y la progresión del cáncer de próstata, impidiendo que las hormonas masculinas (o andrógenos) se unan a ellos. Sin embargo, con el tiempo las células tumorales se vuelven resistentes al tratamiento y el cáncer progresa.
Estébanez busca anular los receptores androgénicos de un modo distinto. Sabiendo que estos receptores actúan de dos en dos, y que deben unirse entre ellos para que las células tumorales se multipliquen, la investigadora y su equipo descifraron hace dos años la estructura tridimensional del punto de unión que permite que los receptores se reconozcan a sí mismos. “Son como gemelos que se dan la mano –explica-. Nosotros intentamos que se mantengan separados”.
Para ello, ha buscado moléculas que puedan bloquear el punto de unión entre los receptores, algo “que no hubiéramos podido hacer sin el sincrotrón”. Al proyecto se han unido investigadores del Instituto de Oncología de Vall d’Hebron (que aportan las líneas celulares de cáncer de próstata), del Institut Català d’Oncologia en Bellvitge (que aportarán los modelos animales) y del Institut de Recerca de Sant Pau (que colaboran en el análisis computacional). DM