Blefaritis, presente hasta en el 66% de las consultas
Una buena higiene ocular es fundamental para prevenir esta dolencia
REDACCIÓN. Al igual que otras partes del cuerpo, el ojo también necesita limpiarse diariamente. En particular en el párpado y en la base de las pestañas es muy frecuente la aparición de un proceso inflamatorio, conocido como blefaritis, que cursa con escamas de caspa, enrojecimiento, hinchazón, irritación, escozor, picor o lagrimeo, entre otras molestias. Unas molestias que, además, suelen ser más intensas por la mañana. Se trata de un proceso inflamatorio y crónico que puede afectar a cualquier edad y que no tiene curación. Sin embargo, mediante un tratamiento adecuado puede controlarse y aliviar los síntomas, además de prevenir complicaciones asociadas. Y la higiene es, en este sentido, el aspecto primordial para controlar este proceso.
A pesar de que la causa exacta que provoca blefaritis es desconocida, se sabe que existen dos factores que predisponen a desarrollarla. Éstas son las infecciones bacterianas, sobre todo por estafilococos, y la alteración en la secreción glandular o seborrea. En este sentido, lo primero que ocurre es una disfunción de las glándulas sebáceas que alteran la producción y la secreción lípidica, de forma que causan una irritación en la piel palpebral. Asimismo, este cúmulo sebáceo puede favorecer la proliferación y la colonización de bacterias que producen una mayor irritación. Según el área afectada, el tipo de blefaritis varía, pero su tratamiento suele ser el mismo.
Además del uso de lágrimas artificiales, antibióticos o antiinflamatorios que pueden recetarse en algunos casos más graves con infección, por lo general basta con el uso de unas toallitas para eliminar el exceso de descamación y de la seborrea y mantener limpio el párpado y su borde. Estas toallitas pueden aplicarse tanto en niños como en adultos. Pero para ello deben estar correctamente esterilizadas. Mientras se limpia la zona, los ojos deben estar cerrados y, como se trata de un proceso que afecta a los dos ojos, es importante recordar que se debe utilizar una toallita nueva para cada uno.
Asimismo, se aconseja realizar un ligero masaje para arrastrar las partículas adheridas, pero sin ejercer mucha presión. En este ritual de limpieza, también pueden aplicarse compresas calientes en los párpados durante varios minutos para ayudar a fluidificar el exceso de grasa acumulada que pudiera haber en el borde palpebral. Las toallitas constituyen una terapia muy básica que no sólo es capaz de aliviar los síntomas tan molestos de la blefaritis, sino que además previenen la aparición de otras alteraciones oculares como el ojo seco, la conjuntivitis o las ulceraciones e infamaciones en la córnea, entre otras.