“Los problemas hepáticos han aumentado alarmantemente en la población infantil”
El Hospital Universitario Vall d’Hebron, en Barcelona, es el hospital más grande de Cataluña por volumen, por número de profesionales y por pacientes que atiende. Es también uno de los mejores. Es un hospital moderno, que encarna en buena manera las virtudes y el éxito del modelo sanitario catalán que impulsamos desde hace más de 35 años. El Vall d’Hebron es también mi hospital, donde ejercí como médico pediatra. Allí coincidí con el doctor Vicenç Martínez Ibáñez, cirujano pediátrico, compañero de apasionados partidos de fútbol en el Sporting de Medicina de nuestra facultad, responsable del primer trasplante hepático infantil del Estado, y hoy gerente del hospital. Hablar con él es la mejor manera de conocer qué es y qué se hace en este magnífico hospital.
1. Fuiste el primer cirujano en hacer el primer trasplante hepático infantil en nuestro país, pero eso fue en junio del año 1985. Desde ese momento, la supervivencia ha mejorado, llegándose a situar en un 85-95% al año. ¿A qué se debe esta mejora?
Hay muchos puntos que lo podrían explicar pero, posiblemente, los más importantes están relacionados con la adquisición de experiencia por parte del equipo de trasplante. El mejor manejo preoperatorio de las complicaciones hepáticas y el apoyo nutricional pretrasplante permite que el paciente llegue en mejor situación a la cirugía. La aplicación de nuevas técnicas quirúrgicas para expandir el ‘pool’ de donantes (especialmente el donante vivo) ha hecho disminuir el tiempo de espera. Además, las mejoras en los tratamientos inmunosupresores (que cada vez son más efectivos y menos agresivos) y los cambios en los cuidados postoperatorios, por parte de las unidades de intensivos pediátricos, permiten “cuidar” mejor estos órganos.
2. ¿Cuánto es el tiempo de espera para recibir un órgano?
El tiempo medio de espera es de entre seis meses y un año, dependiendo del tipo de paciente.
3. ¿Se debe mejorar la estadística?
Que hayan buenos resultados en trasplantes hace que cada vez haya más donantes. Hay que tener en cuenta que la mejora en la supervivencia de los pacientes, unido a la mayor experiencia de los equipos trasplantadores, ha extendido las indicaciones de trasplante a pacientes en los que anteriormente no se contemplaba esta opción terapéutica. Este es uno de los motivos por los que, a pesar de que España es el país con la ratio de donación por habitante más alta del mundo, los órganos disponibles siguen siendo escasos. Evidentemente, seis meses es mucho tiempo. Por esto no nos podemos conformar pensando que somos el país con más donación. Necesitamos seguir trabajando para potenciar la donación y que nuestros pacientes no se mueran esperando un trasplante. También es trabajo de los equipos trasplantadores buscar nuevas alternativas para poder optimizar estos donantes, como utilizar un hígado para dos pacientes o que un familiar done una parte de su hígado para trasplantarlo al niño. Estos hígados parciales, posteriormente crecen y el volumen hepático es el mismo que su hubiéramos trasplantado un hígado entero.
4. Los trasplantes son la punta del iceberg de un éxito del sistema catalán de sanidad que tenemos. ¿Cómo has vivido la transformación de este campo?
La sanidad ha vivido una trasformación brutal. Nuestra historia de la medicina está regida por una gran curiosidad sobre el cuerpo humano por parte de los especialistas. Tenemos la suerte, además, de contar con muy buenos profesionales que hacen que Cataluña sobresalga, no sólo respecto al resto de España, sino también en Europa.
5. De los problemas hepáticos que requieren un trasplante de hígado, el más común es la atresia de vías biliares extrahepáticas (AVBEH), representando un 50% de los casos. ¿En qué consiste esta enfermedad?
La vías biliares son las “canales” que se encargan de transportar la bilis formada en el hígado hacía el intestino para ayudar a hacer la digestión. En la atresia de vías biliares, estas canales están tapados, haciendo que la bilis no pase al intestino y se quede en el hígado lesionándolo gravemente. El hígado tiene una gran capacidad de regeneración, pero cuando esta capacidad se ve superada por el efecto lesivo de la bilirrubina, se forman cicatrices. Estas cicatrices reciben el nombre de fibrosis, y cuando hay mucha fibrosis se llama cirrosis. De manera que la lesión producida por el acúmulo de bilirrubina en el hígado provoca una cirrosis hepática en los primeros meses de vida, causa que hace que el paciente necesite ser trasplantado.
6. El trasplante hepático pediátrico presenta unas peculiaridades que lo hacen diferente del trasplante convencional del adulto. ¿Cuáles son estas diferencias?
El trasplante pediátrico tiene muchas particularidades; técnicas, inmunológicas… Desde el punto de vista del volumen, la diferencia en el calibre de los vasos sanguíneos es clara. Desde la perspectiva de la inmunosupresión no tanto, pero en los niños menores de siete años, se ha visto que el proceso de postintervención es tres veces más rápido que en los adultos, tanto si va bien como si va mal. No obstante, en mi opinión, la principal peculiaridad es que estamos trasplantando a un paciente en pleno desarrollo, tanto físico como mental y de personalidad. Debemos conseguir no sólo que el hígado funcione, sino que un niño trasplantado no sea ni más ni menos que eso, un niño. Que pueda ir a la escuela, pueda relacionarse, hacer deporte ir de excursión… Que tenga los mismos problemas que el resto de compañeros de su clase. La incidencia de problemas hepáticos está aumentando alarmantemente en la población pediátrica.
7. ¿Cuál es el futuro del hospital de la Vall d’Hebron?
Como hospital número uno en Cataluña por volumen y complejidad, una de las demandas que tenemos en estos momentos es agrandar la infraestructura para tener los espacios adecuados. No debemos olvidar que este hospital tiene un gran tráfico diario de personas, por aquí pasan más de 10.000 coches y 45.000 personas. También estamos trabajando para una mejor financiación, pues realizamos muchos servicios de referencia, no sólo para nuestro territorio, sino para todo el país.
Perfil:
El barcelonés Vicenç Martínez Ibáñez (1952) fue el primer cirujano en realizar un trasplante hepático infantil en nuestro país. Es licenciado y doctor en Medicina y Cirugía por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y especialista en Cirugía Pediátrica, además de diplomado en Dirección de Hospitales y Organizaciones Sanitarias por EADA y PADE de IESE. Gran parte de su carrera como médico y gestor la ha desarrollado en el Instituto Catalán de Salud (ICS), concretamente en el Hospital Universitario Vall d’Hebron, el complejo hospitalario más grande de Cataluña y donde actualmente ejerce como gerente. Martinez Ibáñez ha publicado más de 220 trabajos científicos en revistas nacionales e internacionales y ha sido distinguido con la Placa Narcís Monturiol de la Generalitat de Catalunya por su destacada aportación a la ciencia y a la técnica del trasplante de hígado.