Recuperar la visión, una realidad
Los implantes electrónicos se colocan directamente sobre la mácula y permiten suplir las funciones de las células dañadas por la retinosis pigmentaria
S. LARRUCEA – La esperanza es lo último que se pierde. Volver a recuperar cierto grado de visión ya es una realidad para aquellos que la perdieron a causa de la retinosis pigmentaria, patología que afecta a unas 25.000 personas en nuestro país. La FDA ha aprobado recientemente el uso de los implantes electrónicos epiretinianos. Debido a la complejidad de la técnica y al sistema tecnológico que se requiere, este tipo de implantes se realiza sólo en cinco centros en todo el mundo. En España, el pionero en aplicarlos ha sido el Centro de Oftalmología Barraquer, en Barcelona. Es una cirugía muy compleja y es muy fácil lesionar la estructura electrónica de estos aparatos, afirma Jeroni Nadal, especialista en cirugía de vítreo- retina y pionero en hacer este tipo de implantes en nuestro país.
Existen cuatro vías de estimulación artificial. Los estudios empezaron en el año 2007 pero no ha sido hasta el 2013 cuando la FDA ha aprobado uno de los mecanismos de estimulación de la visión, los epiretinianos. Éstos se colocan en la parte de la mácula (encargada de la visión central) y son capaces de sustituir la función de las células dañadas (bastones y conos) y reactivar el estímulo interno a través de un sistema de impulsos eléctricos. Cuantos más puntos de estimulación y mejoría del software se consiga, mejor será la visión. De momento el sistema es capaz de estimular 60 puntos. Hay estudios donde ya se trabajan con 250 e incluso con 1.000, pero aún se está estudiando, explica el especialista Nadal. Y añade, No sabemos el tiempo que vamos a tener que esperar para esta mejora, en todo caso, para aquellos que decidan operarse actualmente en un futuro siempre se puede hacer un cambio del implante.
Están especialmente indicados para las personas que hayan perdido la visión total debido a la retinosis pigmentaria. Mientras se conserva la visión central no se debe hacer nada porque cualquier maniobra podría empeorar estos casos, advierte el especialista. El 97% de los pacientes consiguen recuperar cierto grado de visión. Pueden distinguir formas geométricas, percibir contrastes y ver contornos. De momento no van a poder ver la televisión ni leer un libro, no conseguimos la visión perfecta pero es un cambio en la vida del paciente, añade el oftalmólogo de Barraquer y, aclara, es otro tipo de visión de la que deben aprender a sacar partido. Tras la operación se debe pasar por un proceso de aprendizaje que dura alrededor de seis semanas. El control postoperatorio se extiende hasta tres años. Aunque esta intervención es apta para cualquier persona, está demostrado que cuanto más joven sea el paciente, más probabilidades de mejoría tiene.
Aunque de momento la FDA sólo ha aprobado el uso de estos implantes para las personas con retinosis pigmentaria, se están llevando a cabo diferentes estudios donde ya se demuestra que esta técnica sería factible también para otras enfermedades de la retina. El requisito principal es que el nervio óptico conste de una integridad mínima. Todo lo que daña a la retina externa puede ser tributario de este tipo de intervención, asegura este oftalmólogo. Está demostrado científicamente que también podría devolver la visión a personas que padecen degeneración macular de tipo seca, por ejemplo.