Los suicidios de adolescentes se disparan un 40% en un año: “Las cifras sacan los colores al sistema”
La muerte por suicidio sigue al alza: 607 catalanes se quitaron la vida en 2022, un 5% más. El suicidio, primera causa de muerte entre los jóvenes: ¿cómo detectar las señales de alarma?.
Los suicidios están en máximos históricos. En 2022 superaron los 4.000 (en concreto 4.227 se quitaron la vida), una barrera que no se había rebasado nunca pese a que las muertes voluntarias aumentan, de forma inexorable, desde 2019. En este contexto, preocupan especialmente los suicidios de adolescentes entre 15 y 19 años, que han pasado de 53 a 75 (comparación entre 2022 y 2021), lo que implica un crecimiento del 41,5%. La cifra de 75 suicidios en adolescentes es la más alta desde el año 2000. Y a ella hay que sumar que en el primer semestre de 2023 (últimos datos disponibles, procedentes de la estadística de defunciones del INE, publicada recientemente) han fallecido otros 30 adolescentes.
Si en 2021 llamó la atención el alto número de suicidios infantiles, dado que murieron por esta causa 22 niños de entre 10 y 14 años, ahora en esa franja se ha vuelto “a lo que desgraciadamente era habitual” (12 muertes), pero “preocupa el aumento del suicidio adolescente –de 15 a 19 años–, especialmente en varones (44 chicos y 21 chicas)”, explica Andoni Anseán, presidente de la Fundación Española para la Prevención del Suicidio.
También destacan las muertes de menores de 30 años (descontando las infantiles), que han pasado de 316 a 341: un 7,9% más. Además, por primera vez, en todos los quinquenios por debajo de 30 años el suicidio supera a las otras dos causas de defunción más frecuentes. Así, frente a los 341 suicidios, hubo 320 muertes en accidentes de tráfico y 276 por tumores.
Diferencias por sexo
La mayoría de los suicidios son cometidos por hombres. Aunque la prevalencia de las enfermedades mentales en mujeres es más alta, a la hora de consumar un suicidio, la tasa es mucho mayor en los varones (3.126 hombres se quitaron la vida en 2022, frente a 1.101 mujeres). No obstante, entre los jóvenes (de 15 a 29 años) “preocupa el suicidio de las mujeres”, que ha pasado de 79 defunciones en 2021 a 117 en 2022: casi un 61% más.
Se han registrado, además, las mayores tasas de suicidio de la historia, tanto totales (8,85 muertes por 100.000 habitantes) como por sexos (13,34 en hombres y 4,52 en mujeres).
Estas cifras indican que, desde que llegó la pandemia, se está registrando “un aumento de los problemas de salud mental y de las conductas suicidas” que indican y piden “que estemos alerta”, según reclama Anseán.
Las causas
El suicidio es un problema multifactorial, que la pandemia ha aflorado porque los jóvenes “han perdido el pudor a contar que sufren un problema mental y a pedir ayuda”. Pero el incremento de la demanda asistencial “ha sacado los colores” al sistema, dada la escasez de recursos y la imposibilidad de absorber toda la demanda.
España tiene una media de seis psicólogos por 100.000 habitantes en la red pública, mientras la media europea se sitúa en 18
Déficit de psicólogos
España tiene una media de seis psicólogos por 100.000 habitantes en la red pública, mientras la media europea se sitúa en 18. Esta escasez provoca que la mayoría de las personas que tienen que ir al psicólogo se lo costeen de su bolsillo.
Asimismo, otros factores que podrían explicar el incremento de los suicidios están relacionados con la precariedad económica, la falta de perspectivas entre los jóvenes, los cambios culturales y de hábitos y el uso masivo de las redes sociales, que generan aislamientos y grandes diferencias entre las personas más y menos populares, sobre todo en edades tempranas. También los expertos hablan de un alarmante efecto imitativo.
Frente a ello, la Fundación Española para la Prevención del Suicidio demanda un gran pacto nacional similar al que se forjó contra la violencia machista, dotado de presupuestos “reales”. El objetivo no solo es aumentar los recursos de atención del sistema nacional de salud sino prevenir los trastornos mentales y la conducta suicida. Para ello, la entidad reclama que se imparta educación emocional en los colegios e institutos, “con el objetivo de ir más allá de la mera atención a los enfermos y prevenir los problemas mentales antes de que aparezcan”. Patricia Martín