Los diagnósticos de trastornos de conducta alimentaria crecen un 40% desde la pandemia
La conducta alimentaria puede verse afectada por el acoso escolar y hasta un 61% de los casos de TCA presentan conductas autolesivas. Estos trastornos que se están valorando son más graves y requieren más ingresos que antes de la pandemia.
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia y el trastorno por atracones. “Aunque afectan a ambos sexos, estos problemas de salud mental son mucho más habituales en mujeres que en hombres, con una incidencia que va de 4,1% a 6,4% en ellas, frente al 0,3% a 0,7% en ellos”, afirma Sandra Fernández Ramos, directora clínica de Arbore, centro especializado en el tratamiento de TCA y Hospital de Día adscrito a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, con motivo de la conmemoración del pasado 2 de marzo del Día Mundial del Bienestar Mental de los Adolescentes.
“La franja de edad en la que aparecen este tipo de trastornos se sitúa entre los 12 y los 21 años, aunque el pico de mayor incidencia se da entre los 15 y los 18 años”, añade.
No cabe duda de que la pandemia provocó un aumento en los trastornos de salud mental de los adolescentes. Según la Sociedad Española de Urgencias en Pediatría (SEUP), los diagnósticos relacionados con trastornos mentales en los servicios de Urgencias Pediátricas se incrementaron un 10% desde marzo de 2019 hasta marzo de 2021.
Más concretamente, los TCA han crecido en torno al 40%. Además, los casos detectados presentan una mayor gravedad y son diagnosticados en fases más avanzadas y en gente más joven.
Así, por ejemplo, “la pérdida de peso en pacientes con TCA es hasta un 50% superior tras la pandemia”, apunta Miriam Blanco Hurtado, directora asistencial de Arbore. “También se ha detectado un descenso en la medida de edad de inicio de los síntomas”.
Conductas autolesivas y acoso escolar
Es importante destacar que “el acoso escolar puede ser uno de los múltiples factores implicados en la aparición de un trastorno de la conducta alimentaria” debido a dos motivos fundamentales: por un lado, ser acosado se asocia con problemas emocionales y de autoestima que podrían contribuir al desarrollo o mantenimiento de los TCA; y por otro lado, las burlas suelen centrarse en la apariencia, lo que lleva al aumento de la insatisfacción corporal y a la restricción dietética, que son factores de riesgo para el inicio de los TCA.
Asimismo, “hasta un 61% de los casos de TCA presentan conductas autolesivas”, según ambas expertas.
“El entorno familiar es el factor clave para la detección de la enfermedad y el buen desarrollo físico y emocional de los jóvenes”, indica Sandra Fernández Ramos. Desde Arbore ayudan y acompañan a las familias en la tarea de cuidar a una persona con un TCA, y no menos importante, “a gestionar los sentimientos de culpa, miedo y frustración que en ocasiones les acompaña a lo largo de todo el proceso”.
Aquellas “señales de alarma” en los adolescentes que pueden ser de ayuda para una detección precoz de los TCA por parte de los familiares son:
-Poner excusas de forma continua para evitar comer.
-Saltarse comidas.
-Ir al baño inmediatamente después de las comidas.
-Bajada o subida de peso muy rápida.
-Realizar ejercicio físico excesivo y de forma obsesiva.
-Pesarse muy a menudo.
-Heridas en los nudillos de los dedos como consecuencia del vómito autoprovocado.
-Cambios en el aspecto de la piel, caída del pelo y aparición de vello en el cuerpo.
-Mareos y tensión baja.
-Sensación de frío de forma constante.
-Preocupación excesiva por el peso y la imagen corporal.
-Aislarse durante periodos muy prolongados.
-Disminución del rendimiento académico o de la capacidad de concentración.
-Aislamiento social.
-Inestabilidad emocional.
-Mayor irritabilidad.
-Ansiedad en los momentos de las comidas.
-Pensamientos de hacerse daño. M.T.T. (SyM)