¿Se puede conseguir terapias contra la inestabilidad genómica del cáncer?

El objetivo es crear un nuevo tipo de tratamientos oncológicos.

Científicos del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa de Sevilla (Cabimer), dirigidos por Andrés Aguilera, están investigando los mecanismos que promueven la inestabilidad genómica, que hace que las células normales puedan transformarse en tumorales. Hasta donde se conoce, esa inestabilidad parte de una serie de mutaciones en genes relacionados, sobre todo, con la proliferación o división celular, que se da después de que una célula duplique su material genético para dar lugar a dos células hijas con el mismo genoma.

“Normalmente, los genomas se transmiten de forma fidedigna de una célula a sus descendientes, pero a veces el material genético muta por factores externos o internos. Si esa mutación se da, por ejemplo, en genes implicados en la replicación del ADN durante la división celular, o afecta a proteínas que reparan errores en el ADN, las células pueden transformarse en tumorales”, añade el científico.

Aguilera descubrió que no solo las mutaciones que afectan a proteínas implicadas en la replicación y reparación del ADN pueden conducir a la transformación de células normales en tumorales. Mutaciones que alteran la función de proteínas del metabolismo del ARN también pueden promover dicho fallo celular y llevar a la formación de amasijos de ADN y ARN, o bucles-R, que impiden el buen funcionamiento de las células, causan inestabilidad genómica y, potencialmente, favorecen el desarrollo de tumores.

Aguilera estudia estos mecanismos para determinar qué cánceres acumulan mutaciones en el metabolismo del ARN, a la par que busca un talón de Aquiles en células tumorales para atacarlas no solo con quimioterapia o radioterapia, sino también con otras terapias que se dirijan a las células propensas a formar estos bucles de ADN y ARN.

“Aunque lo que mueve nuestra investigación es una tragedia, hay que entender los mecanismos para poder actuar y evitar que lo siga siendo”, sentencia el científico. Isabel Troytiño

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