Retrato del suicidio en España: 11 al día, personas de 40 a 65 años, el 75% hombres
Es en julio cuando más gente se quita la vida; en el 2021, hubo 400 muertos ese mes. Galicia, Asturias y gran parte de Castilla y León, Aragón y Catalunya, las áreas con las tasas de suicidio más altas.
De no hablar de suicidio a ocupar decenas de páginas en los periódicos. La salud mental se ha convertido tras la pandemia en un problema social, aunque esa realidad estaba ahí desde hace años, una realidad que no solo acaba con una vida llena de sufrimiento sino que deja a entre 15 y 20 personas de su entorno completamente destrozados. En el 2021, murieron por esta causa 4.003 personas, casi el triple que en accidentes de tráfico. Pero ¿cuál es el perfil del suicida?, ¿la tasa de suicidio es mayor en las zonas urbanas o en la rurales?, ¿hay unos meses en los que se suicidan más personas?, ¿se está ayudando a esas personas?
A algunas de estas respuestas responden investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) y del hospital del Mar de Barcelona, que ayer presentaron el informe de la evolución del suicidio en España desde el 2000-2021, con especial interés en el papel desempeñado por la pandemia de covid.
Según los datos recogidos, las tasas de suicidio no dejan de crecer desde la crisis del 2008-2014 y especialmente desde el 2018 (antes de la pandemia). En el año 2021, últimos datos disponibles (el INE hizo un avance del primer semestre del 2022), once personas fallecieron por suicidio cada día, lo que representa un 6,6% más que en el 2018, algo en lo que influyó claramente la pandemia.
¿Quiénes eran? La gran mayoría (tres de cada cuatro) eran hombres, y la mitad de los fallecidos tenía entre 40 y 65 años. A este grupo de edad le siguen los mayores de 65 (31%) y los jóvenes adultos (13,8%). Los adolescentes (entre 10 y 24 años) representan el 5% de los fallecidos por suicidio.
Más del 87% son españoles, aunque se ha comprobado una tendencia creciente de muertes por suicidio entre los inmigrantes, sobre todo, durante la pandemia (subieron casi un 24%). “Es el grupo más afectado de aquellos duros meses del 2020”, señalan los investigadores (Alejandro de la Torre, investigador principal del Grupo de Investigación en Epidemiología Psiquiátrica y Salud Mental de la Universidad Complutense de Madrid; Víctor Pérez, director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del hospital del Mar (INAD), y José Luis Ayuso, catedrático en Psiquiatría y director del Centro Colaborador de la OMS para Investigación y Formación en Servicios de Salud Mental en la Universidad Autónoma de Madrid).
Con relación al lugar de residencia de los fallecidos, un 32% vivía en capitales de provincia. Casi un cuarto de los fallecidos vivía en zonas rurales (municipios de menos de 10.000 habitantes) o municipios urbanos de entre 10.001 y 50.000 habitantes (24.6% y 24.7%, respectivamente). El resto vivía en ciudades grandes (más de 50.000 habitantes, no capital de provincia).
Con respecto a la distribución temporal y espacial del suicidio en España en el 2021, se observa que en prácticamente todos los meses (excepto enero y agosto) hay mayor número de personas fallecidas en el 2021 que en los años 2019 y 2020. Asimismo, se observa el mismo patrón estacional que en otros años: un claro aumento de la mortalidad por suicidio en los meses de verano. De hecho, es julio el mes en que se encuentra un mayor número de fallecidos por suicidio dentro del 2021, superándose los 400.
Por lo que respecta a la distribución geográfica, las tasas más altas de mortalidad por suicidio (tasas superiores a 10 por cada 10.0000 habitantes) se registran en Galicia (todas las provincias), Asturias, Castilla y León (Zamora, León, Palencia, Burgos y Ávila), Aragón (Teruel y Huesca), Catalunya (Girona y Tarragona) y Andalucía (Córdoba, Jaén, Málaga y Granada). Las que menos son Madrid y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla: la única explicación que se da a esta circunstancia es que en estas hay una población más joven.
Y con todo esto, ¿qué hacer? Los investigadores lo tienen claro. Se necesita con urgencia una estrategia nacional contra el suicidio, con recursos que permitan una atención inmediata a las personas con ideas suicidas y que cuente con el apoyo de la sociedad. Celeste López