Un 50% de la población sufre algún síntoma de insuficiencia venosa en verano

Entre los síntomas más frecuentes destaca la sensación de piernas cansadas, incluso con dolor, hinchazón, sequedad de la piel, cansancio y, en ocasiones, calambres nocturnos.

La insuficiencia venosa es, junto con las alteraciones visuales y dentales, una de las enfermedades más comunes frecuentes en la población. Según datos recientes del `STADA Health Report´, un 50% de la población sufre algún síntoma de insuficiencia venosa durante el verano. Más de 6 de cada 10 mujeres y un 40% de los hombres los padecen.

La insuficiencia venosa es una enfermedad evolutiva que produce una percepción de calidad de vida muy baja, puntuada por los propios pacientes en niveles similares a la diabetes o las insuficiencias cardiacas por el sufrimiento que causa. Según Pablo Gallo, jefe del Servicio de Angiología y Cirujano Vascular del Hospital Ruber Internacional de Madrid, “la insuficiencia venosa produce una reducción de oxígeno en la microcirculación y produce edema, lo que lleva a la inflamación y a la aparición de varices. Existen una serie de factores causales y unos factores desencadenantes, siendo una enfermedad más frecuente en mujeres, especialmente a causa de los embarazos”.

Los factores de riesgo y los síntomas

La enfermedad venosa se inicia cuando el sistema venoso no es capaz de derivar la sangre de forma adecuada hacia el corazón para reiniciar el ciclo cardiaco y eso produce que las venas se inflamen y aparezcan las varices y el dolor. Viene determinada por factores genéticos y es más frecuente en las mujeres caucásicas. Además, la probabilidad de padecerla aumenta con la edad. Pero también está ocasionada por factores que son modificables ligados a los estilos de vida: el sobrepeso, el sedentarismo, el hecho de permanecer de pie o sentado de manera prolongada, el exceso de exposición al calor, el efecto de ciertas hormonas (anticonceptivos), el embarazo, llevar ropa compresiva, los hábitos poco saludables o una inadecuada alimentación pueden favorecer el desarrollo de esta dolencia.

Los síntomas más frecuentes son la sensación de piernas cansadas, incluso con dolor, hinchazón, sequedad de la piel, cansancio y, en ocasiones, calambres nocturnos. El tratamiento de la insuficiencia venosa leve se debe abordar desde la modificación del estilo de vida mediante el fomento de ejercicio físico moderado como nadar, pasear o subir y bajar escaleras o recuperar la posición horizontal hasta tres veces al día, hasta la terapia compresiva, los fármacos venoactivos o el tratamiento quirúrgico, en los casos que pueda ser necesario. L.D.B/ M.T.T. (SyM)

También te podría gustar...