¿Será el cáncer una enfermedad crónica?
La mayoría de los tumores malignos se forman a partir de transformación de células epiteliales
En las últimas décadas, la tasa de supervivencia del cáncer ha aumentado significativamente gracias al diagnóstico precoz y a mejores tratamientos. No obstante, apenas se ha avanzado en el tratamiento de la metástasis, responsables del 90% de las muertes por cáncer. De ahí que conseguir fármacos que eviten que los tumores progresen a metástasis sea uno de los retos más importantes de la investigación biomédica.
La mayoría de los tumores malignos, como el colorrectal, de mama, de pulmón o de próstata, son carcinomas que se forman a partir de la transformación de células epiteliales. Se ha visto que en las fases más tempranas de la progresión del tumor hacia metástasis ocurre un proceso llamado transición epitelio-mesénquima, en el que una proteína llamada Hakai –‘destrucción’, en japonés- degrada a otra proteína esencial para mantener en buen estado el epitelio.
Al destruirla, las células epiteliales se desdiferencian y adquieren capacidades migratorias e invasivas, como si dieran marcha atrás en el tiempo y se acercaran a ser de nuevo células madre, y de migrar a otras partes del organismo.
“Es una diana clave que regula un proceso importantísimo para que las células comiencen a dar lugar a las metástasis”, afirma Angélica Figueroa, jefa del grupo de Plasticidad Epitelial y Metástasis del Instituto de Investigación Biomédica de La Coruña (INIBIC) y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Investigación sobre Cáncer (ASEICA).
Esta investigadora y su equipo han identificado unas moléculas pequeñas capaces de inhibir ese proceso en fases tempranas, con una potente actividad antitumoral. “Hemos comprobado su eficacia en modelos in vitro y en modelos animales y tenemos datos preclínicos suficientes para poder avanzar en la transferencia de resultados con el fin de poder acercar a los pacientes este nuevo fármaco”, señala Figueroa, quien también apunta que quieren averiguar si estos inhibidores pueden funcionar en pacientes con metástasis en fases más avanzadas.
“Otra de las preguntas que queremos responder es si Hakai podría emplearse como un biomarcador temprano de la metástasis”, añade Figueroa.
Aunque para el estudio se han centrado en estudiar tumores colorrectales, este fármaco podría utilizarse para otros tipos de carcinomas, puesto que “es el mismo mecanismo de acción”.
Questions for the Future: una investigación financiada por la Fundación ‘la Caixa’