Ortoqueratología: las lentillas que corrigen la miopía mientras duermes
La ortoqueratología es una técnica optométrica que, gracias al uso de unas lentes de contacto especiales mientras se duerme, permite ver bien durante el día sin necesidad de utilizar gafas ni lentillas y sin tener que someterse a una operación de cirugía refractiva.
Redacción
Los cambios en el estilo de vida actual y la llegada de las nuevas tecnologías están generando que las tasas de miopía crezcan a un ritmo alarmante entre nuestros jóvenes. A día de hoy, se estima que cerca del 30% de los jóvenes tiene miopía. La tendencia nos dice que, en 2050, la mitad de los jóvenes ya será miope.
“Los profesionales de la salud visual deben dar soluciones y poner freno a esta epidemia a la que nos estamos enfrentando, pues es ahora cuando aún estamos a tiempo de realizar cuidados y tratamientos preventivos que nos ayuden a frenar esta amenaza y este aumento miópico de nuestros pacientes”, explica Joan Pérez Corral, vicepresidente de la Academia Europea de Ortoqueratología. En este contexto, la ortoqueratología ha supuesto una gran ayuda, sobre todo para los menores. Se trata de una técnica optométrica que, gracias al uso de unas lentes de contacto especiales mientras se duerme, permite ver bien durante el día sin necesidad de utilizar gafas ni lentillas y sin tener que someterse a una operación de cirugía refractiva. “Este tipo de lentillas moldean la córnea de forma controlada corrigiendo temporalmente el problema de miopía del usuario”, explica José Garrido, diplomado en óptica y optometría y Responsable de Servicios Profesionales de Conóptica. “Además, dado que es un procedimiento fiable y reversible, es perfectamente apto y aconsejable para niños. Hay evidencias científicas que demuestran que el uso de estas lentes de contacto durante las noches puede reducir, de media, hasta en un 43% el crecimiento de la miopía en menores”, explica Garrido.
Está probado científicamente que la ortoqueratología, utilizada como técnica que permite controlar la miopía, es segura y el usuario no debería sufrir riesgos de salud ocular derivados del uso de las lentes de contacto. Sin embargo, como cualquier adaptación de lentillas, esta no está exenta de posibles complicaciones. Los principales efectos adversos que se pueden sufrir estarían asociados a una incorrecta adaptación, a un mal uso o mala limpieza de las lentes. “Por eso, como en todos los tratamientos optométricos, es muy importante acudir al óptico-optometrista y contar con un buen y continuo seguimiento por parte del profesional para evitar complicaciones serias”, explica Ana Belén Cisneros, óptico optometrista y secretaria general del Colegio de Ópticos Optometristas de Castilla y León.
“Los meta-análisis existentes sobre ortoqueratología, que son las investigaciones que más evidencia científica proporcionan, concluyen que se trata de un procedimiento fiable y seguro para la ralentización o control de la miopía. Se necesita contar con una buena adaptación del profesional, un buen mantenimiento y cuidado de las lentes por parte del usuario y una actuación rápida ante cualquier complicación que pueda ocurrir. De todos modos, el profesional sanitario estudiará caso por caso e informará de si existe alguna limitación o contraindicación para un paciente concreto”, insiste Pérez Corral.
La ortoqueratología, ideal para los niños
Los especialistas recuerdan que cuando a un niño de 5 o 6 años se le detecta una miopía ligera, su familia debería conocer los tratamientos que existen para su problema, ya que su problema visual puede ser que siga creciendo durante todo el desarrollo del menor. “Si se opta por la ortoqueratología, además de permitir al niño ver bien durante todo el día prescindiendo de gafas y lentillas, podríamos estar ayudando a que la progresión de su miopía se ralentice”, apunta el especialista Garrido y añade, “Es muy importante que la sociedad comprenda que la miopía, como en el resto de problemas de salud, podemos cuidarla y tratarla de manera preventiva evitando complicaciones en el futuro”.
Muchos padres dudan de cuál es la edad idónea para que sus hijos usen lentes de contacto. Los especialistas creen que eso siempre depende de la autonomía que muestre el menor en otras facetas de su vida; pero, en términos generales, a los 6-7 años, el menor ya es capaz de cuidar sus lentillas, siempre bajo la supervisión de sus padres, factor muy importante a la hora de la adaptación. Diversos estudios científicos indican que cuanto antes se inicie el tratamiento ortoqueratológico mejor pronóstico tiene en cuanto al control de miopía. Asimismo, al tratarse de unas lentillas nocturnas, los padres pueden estar presentes en el momento de poner y quitar las lentes, supervisando cómo lo hace y ayudándole.
La miopía no solo es un problema visual
La miopía no debe entenderse únicamente como un problema visual, ya que los potenciales riesgos asociados a un ojo con miopía baja o moderada/alta no son los mismos. Un miope alto tiene mayor riesgo de sufrir enfermedades oculares como el desprendimiento de retina o el glaucoma, dos de las causas de ceguera más importantes en nuestro mundo.