Más allá de los fármacos: Terapias que transforman la calidad de vida en el Parkinson

El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque la medicación es una herramienta fundamental para controlar sus síntomas, cada vez hay más evidencia de que las terapias no farmacológicas desempeñan un papel esencial en la mejora de la calidad de vida de quienes la padecen.

Para conseguir mejorar la calidad de vida de las personas que sufren esta enfermedad, es crucial encontrar residencias y centros especializados que apuesten por un enfoque integral y personalizado que va más allá de los fármacos, incorporando intervenciones terapéuticas que promueven la autonomía, el bienestar emocional y la conexión social.

 

Comprendiendo el Parkinson más allá del diagnóstico 

El Parkinson se manifiesta principalmente a través de síntomas motores como el temblor, la rigidez muscular y la lentitud de movimientos, pero también impacta significativamente en la salud emocional, cognitiva y comunicativa. Esto hace imprescindible un abordaje multidisciplinar desde las fases más tempranas.

En las residencias especializadas en personas con Parkinson, como las de Sanitas Mayores, entienden que cada persona es única. Por eso, su equipo de profesionales diseñan planes personalizados que combinan tratamiento médico con terapias de apoyo que refuerzan aspectos clave de la vida diaria.

 

Fisioterapia: clave para preservar la movilidad y la autonomía 

La fisioterapia es una de las herramientas más eficaces para mitigar los efectos físicos del Parkinson. Un tratamiento no farmacológico de fisioterapia adecuado para pacientes con parkinson, debe contemplar y buscar crear programas de ejercicio adaptados, orientados a:

1. Mejorar el equilibrio y la coordinación.
2. Reducir el riesgo de caídas.
3. Preservar la movilidad y funcionalidad de las articulaciones.
4. Fomentar la independencia en las actividades cotidianas.

Las sesiones deben estar personalizadas según el estadio de la enfermedad y se realizan en entornos seguros y estimulantes. Gracias a la fisioterapia, muchas personas consiguen mantener su capacidad de desplazarse de forma autónoma durante más tiempo, lo cual es vital para su autoestima y bienestar general.

 

Logopedia: recuperando la voz y la comunicación 

La logopedia es otra disciplina fundamental en el abordaje del Parkinson, especialmente cuando aparecen dificultades para hablar o tragar. Es recomendable que las personas que sufran Parkinson, sean atendidos por logopedas especializados que les ayuden a:

1. Reeducar la musculatura orofacial para mantener una pronunciación clara.
2. Desarrollar técnicas respiratorias que favorezcan la proyección de la voz.
3. Mejorar la deglución y prevenir complicaciones como la broncoaspiración.
4. Estimular la comunicación no verbal cuando el lenguaje oral se ve afectado.

Estas intervenciones no solo previenen riesgos físicos, sino que también permiten mantener los vínculos afectivos con el entorno, esenciales para una buena calidad de vida.

 

Terapia ocupacional: vivir con significado 

Uno de los mayores retos para las personas con Parkinson es la pérdida progresiva de autonomía. Aquí es donde la terapia ocupacional marca una gran diferencia. En los centros especializados para personas con Parkinson, los terapeutas ocupacionales diseñan planes que se centran en:

1. Reforzar las habilidades necesarias para las actividades de la vida diaria (aseo, vestido, alimentación).
2. Adaptar el entorno físico para hacerlo accesible y seguro.
3. Fomentar actividades significativas que mantengan la identidad y autoestima del paciente.
4. Utilizar ayudas técnicas personalizadas para prolongar la independencia.

En este sentido, las Residencias de mayores de Sanitas ofrecen entornos adaptados donde esta terapia se convierte en una herramienta clave para preservar la autonomía personal y promover el bienestar cotidiano.

Psicología y acompañamiento emocional: atender lo invisible 

El impacto emocional del Parkinson es profundo y, a menudo, silencioso. Ansiedad, depresión, frustración y aislamiento son comunes en esta enfermedad. Por eso, la atención psicológica no es opcional, sino imprescindible.

El equipo de psicólogos no solo deben trabajar con los pacientes, sino también con sus familiares para:
1. Gestionar el diagnóstico y la evolución de la enfermedad.
2. Ofrecer estrategias para afrontar cambios en la rutina y en la autoimagen.
3. Promover la resiliencia emocional.
4. Facilitar espacios de escucha, diálogo y contención emocional.

Un acompañamiento emocional adecuado puede transformar la experiencia del Parkinson, ayudando a las personas a vivir con dignidad, esperanza y propósito.

Cuidadores y entorno especializado: una red de apoyo imprescindible 

El cuidado del Parkinson no puede ni debe recaer únicamente en los medicamentos o en los pacientes. Las familias, cuidadores y entornos adaptados son actores clave en este proceso. Por eso, en Sanitas han desarrollado un modelo asistencial que integra todos estos elementos.

Los centros especializados en Párkinson, como los de Sanitas Mayores, ofrecen espacios diseñados para responder a las necesidades específicas de las personas con Parkinson: desde residencias con programas terapéuticos integrales, hasta centros de día que brindan acompañamiento profesional y estimulación diaria.

Un enfoque innovador y humano 

Los centros Sanitas Mayores se caracterizan por su apuesta por la innovación asistencial. Incorporando tecnologías y metodologías actualizadas que favorecen la estimulación cognitiva, el ejercicio físico adaptado y la conexión social. Esto incluye desde terapias basadas en la música y el arte, hasta realidad virtual y ejercicios digitales interactivos, siempre supervisados por profesionales especializados.

Este enfoque multidisciplinar no solo mejora los resultados clínicos, sino que también genera entornos más humanos, en los que cada persona se siente vista, escuchada y acompañada.

 

Conclusión: un tratamiento integral para una vida digna 

El Parkinson no es solo una enfermedad del sistema nervioso: es un desafío diario que afecta a todas las dimensiones de la vida. Por eso, en Sanitas apuestan por un enfoque integral, humano y continuo que combina los beneficios de la medicación con el poder transformador de las terapias no farmacológicas.

Desde la fisioterapia hasta la psicología, desde la logopedia hasta la adaptación del entorno, cada intervención cuenta y suma. Y sobre todo, cada persona cuenta: su historia, su ritmo, sus necesidades.

Te invitamos a conocer más sobre cómo se puede mejorar la calidad de vida de personas con Parkinson, en centros especializados como los de Sanitas, donde hay una fuerte apuesta por la integridad y calidad de vida de la persona. R.

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