Los múltiples beneficios de bañarse en el mar
Bañarse en el mar o pasear junto a la orilla puede tener muchos más beneficios de los que nos imaginamos.
En la composición del agua marina encontramos componentes como cloro, sodio, azufre, potasio, calcio y magnesio, que benefician partes de nuestro cuerpo como son la piel, los pulmones y las articulaciones. Todo es gracias a la quimiosíntesis. Se trata de un proceso en el que, gracias a la acción de las bacterias marinas, se permite que los minerales inorgánicos se conviertan en nutrientes pasando a nuestro organismo antioxidantes y vitaminas. Además, su acción se verá aumentada si tomamos el sol o nos damos paseos por la playa. Su uso con fines terapéuticos, por parte de médicos expertos, en enfermedades reumáticas, traumatológicas, dermatológicas, del sistema respiratorio o del sistema venoso y linfático venoso, entre otras, demuestra que la naturaleza a veces puede hacer mucho por nosotros. Por lo tanto, se puede decir que ir a la playa puede aportarnos una serie de efectos beneficiosos en diferentes órganos y sistemas del organismo.
Beneficios sobre la piel
Uno de los órganos que más se beneficia de las propiedades del agua del mar es la piel. Sonia Suárez López, médico del Hospital Vithas Virgen del Mar, explica que las propiedades del agua de mar han sido históricamente tenidas en cuenta para recuperarnos de dolencias relacionadas con la dermis. Los componentes en sales minerales como cloruros de sodio, magnesio, calcio, potasio, yodo, etc., proporcionan propiedades beneficiosas como:
-Efecto antioxidante que contribuye a paliar el envejecimiento de la piel.
Efecto cicatrizante y desinfectante.
-Actualmente sabemos que proporciona una mejoría muy significativa en pacientes que padecen psoriasis, (cerca de 2% de la población la sufre en España) y eccema atópico por su poder antiinflamatorio. Aunque siempre hemos de continuar con el tratamiento prescrito por el especialista: “que nos bañemos en el mar no significa que debamos dejar apartada la medicación que nos hayan recetado”, apunta la especialista Suárez.
Beneficios sobre las vías respiratorias
Si vivimos en la ciudad, es probable que nuestros pulmones hayan acumulado durante el año más elementos patógenos que si viviésemos en un entorno menos contaminado. La brisa marina está mucho más libre de impurezas que el aire que respiramos en las grandes ciudades, más contaminado y con mayores índices de CO2. En la orilla del mar, respirar profundo y darnos un chapuzón nos proporcionará muchos beneficios, por el contenido en yodo y porque ayuda a limpiar las vías respiratorias. El efecto es beneficioso puesto que la brisa marina actúa como una especie de aerosol o spray natural muy rico en yodo, que es perfecto para regular la glándula tiroides y por el grado de humedad y salinidad, ayuda a la expulsión de moco. De hecho, al respirar esta brisa marina, el ritmo cardíaco se hace más lento y mejora la circulación periférica, aumenta la amplitud de los movimientos respiratorios, mejorando la ventilación pulmonar, aumenta la hemoglobina y hematíes y fijación de oxígeno. El aire marino, además, produce ozono de forma natural con propiedades bactericidas que también previene enfermedades respiratorias.
Beneficios para el sistema musculo – esquelético
Un paseo a buen ritmo por la playa: a unos 5-6 Km/h, irá adaptando nuestro organismo y tonificando la musculatura de piernas y muslos. Incluso si se hace un poco de esfuerzo y se sube un poco de pendiente también se tonificarán los glúteos. “Pero lo más importante es realizar el paseo a primera hora de la mañana o de la tarde, siempre con factor protector y protección de los ojos con gafas o lentillas con filtro UV” advierten expertos en medicina física y rehabilitación del Hospital Vithas Virgen del Mar.
Si pasear ayuda a fortalecer las articulaciones, nadar mejora nuestra musculatura, y es que “el golpeo de las olas contra nuestro cuerpo actúa a modo de masaje, provocando relajación muscular “, añade la especialista Suárez. Al estar dentro del agua nuestro peso disminuye, “con lo cual podemos mover rodillas y cadera con una carga menor, lo que beneficia la nutrición del cartílago, a la vez que no se le daña si estamos pasados de peso. También obtendremos el beneficio de mejorar el retorno venoso y de realizar buen drenaje linfático, por la mayor presión que hay a mayor profundidad” concluye Suárez.
Beneficios sobre el sistema nervioso
Tras un largo periodo laboral, empezamos las vacaciones con la esperanza de recuperarnos y volver con las pilas cargadas, sin embargo, en muchas ocasiones no conseguimos “desconectar” tanto como quisiéramos.
“Cuando conseguimos liberarnos de esa carga de estrés, somos capaces de disminuir el ritmo cardíaco, el nivel de ansiedad y mejorar el sueño”, explican los especialistas en psicología del Hospital Vithas Virgen del Mar. “La ionización negativa de la brisa marina aumenta los niveles de serotonina, con lo que comienzan a disminuir los niveles de ansiedad”, según estos expertos. Todo ello “sumado al ejercicio físico que se realiza durante la natación, favorece un descenso del ritmo cardíaco, con mejor oxigenación de los tejidos y mejoría de la circulación periférica; pero, además, el sol y el calor tienen efectos sedantes, por lo que, tras un baño, la fatiga acumulada por el esfuerzo facilita la relajación y la inducción al sueño”, según los especialistas en Medicina del Deporte del citado hospital Vithas en Almería.