La mejor forma de evitar la gripe
La vacunación está recomendada para personas que presentan riesgo de complicaciones
La gripe es una enfermedad que, en caso de manifestarse, puede acarrear graves consecuencias e incluso poner en riesgo la vida del paciente. La mejor prevención para combatirla es la vacuna, que cada año se actualiza siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Jerónimo Barrio, especialista en Medicina Interna y coordinador del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario HM Madrid, explica que “vacunarse a tiempo es una de las medidas más eficaces para hacerle frente a la gripe”. Pese a la eficacia demostrada de la vacuna y a los esfuerzos de las autoridades sanitarias por potenciar la vacunación, España está muy lejos de los objetivos establecidos por la OMS.
Son muchas las personas que todavía desconfían de la eficacia de esta vacuna o restan importancia a la infección, pese a la insistencia de los expertos en fomentar la prevención. En este sentido, Barrio afirma que muchas veces se confunden los síntomas con los de un resfriado común, ya que erróneamente se considera gripe toda afección de las vías respiratorias altas.
Se recomienda vacunarse antes de que el virus comience a propagarse, ya que la vacuna empezará a ser eficaz a las dos semanas de la inmunización. Por tanto, es aconsejable hacerlo a principios de otoño, especialmente los menores de 8 años que nunca se hayan vacunado, ya que necesitarán dos dosis, espaciadas al menos cuatro semanas, para conseguir una adecuada inmunización.
Se aconseja la vacunación a dos grandes grupos: personas que tienen un alto riesgo de complicaciones en caso de padecer la infección y personas que, por su actividad profesional o personal, puedan transmitir la gripe al grupo anterior. En el primer grupo, destacan las personas mayores de 65 años, embarazadas, enfermos crónicos respiratorios, enfermos con insuficiencia cardíaca, renal o hepática; diabéticos, infectados por VIH o inmunodeprimidos por otras causas, enfermos neurológicos crónicos, que movilizan mal las secreciones respiratorias, y enfermos oncológicos.
En el segundo grupo estarían sanitarios, trabajadores de residencias y hospitales, trabajadores sociales y familiares, o cuidadores que convivan con personas vulnerables. Extremar las precauciones Las precauciones deberán extremarse cuando alguien cercano padezca la enfermedad. En este caso, hay que evitar, en la medida de lo posible, el contacto físico, especialmente con las secreciones respiratorias emitidas al hablar, la tos o los estornudos. Usar mascarillas y ventilar frecuentemente la habitación también pueden ayudar.
También es aconsejable tener en cuenta que el contagio de produce desde 24 horas antes de que se presenten los síntomas hasta tres o cuatro días después. Pese a la efectividad de la vacuna, la cobertura frente a la gripe sigue siendo baja en nuestro país incluso los grupos de riesgo. La OMS establece una cobertura mínima de vacunación del 75% para la población mayor de 65 años y en nuestro país ninguna comunidad autónoma alcanzó el pasado año el 60%.