La importancia de controlar la hipercolesterolemia
La continuidad asistencial perdida durante la pandemia es esencial para un buen seguimiento de los controles de colesterol desde AP.
El colesterol elevado es uno de los principales factores de riesgo para sufrir enfermedades del corazón y su control debe hacerse desde la infancia. Sin embargo, mientras se logra esa educación primordial en hábitos saludables, hay que mantener el control en los adultos, más si cabe si el paciente ha sufrido ya un evento cardiovascular.
Raquel Campuzano, presidenta de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y Coordinadora de la Unidad Rehabilitación Cardiaca Hospital de Alcorcón, de Madrid, considera que, aunque la sociedad está cada vez más concienciada para controlar el colesterol, todavía queda mucho por hacer.
“Es prioritario restaurar la continuidad asistencial que se ha perdido con la pandemia”, considera la cardióloga. En este sentido destaca el papel de la atención primaria, fundamental en la asistencia sanitaria que por la situación sanitaria de los últimos años no se está pudiendo dedicar a actividades preventivas. “Hay que retomar esos controles en las personas que tienen un riesgo cardiovascular o que ya hay tenido un problema cardiaco y volver a chequear los niveles de colesterol”, ha afirmado Campuzano. Constata que en las consultas están viendo pacientes “más descontrolados que nunca”.
Apoyo a la atención primaria
“Nuestros médicos de atención primaria están tremendamente formados. El problema es que no están teniendo capacidad para atender las actividades preventivas que solían hacer”, apunta la experta. “Ojalá esto se pueda retomar en breve”.
Después de que un paciente haya sufrido un evento cardiovascular es fundamental en ese momento empezar a controlar los niveles de colesterol y conociendo el objetivo a lograr, se establece un tratamiento. “A las 4-6 semanas hay que revisar si ese plan de tratamiento elegido está funcionando y alcanzando los objetivos, y eso se ha hecho desde primaria antes de la actual situación sanitaria”.
Los programas de rehabilitación cardiaca han demostrado su eficacia también para establecer hábitos de vida saludables y mejorar la adherencia a los tratamientos. “El médico de primaria debe estar integrado en el programa de ese equipo de rehabilitación cardiaca del centro hospitalario”, aconseja Campuzano. Una vez que el paciente termina ese programa y comienza la fase tres, la fase para toda la vida, es cuando el equipo de AP y de enfermería de enlace y enfermería de gestión de casos es fundamental para establecer las siguientes revisiones del colesterol. “No sirve de nada que tras un infarto el paciente tenga un tratamiento si no se hace seguimiento de que ese tratamiento está funcionando y se tome toda la vida”, apunta la cardióloga.
Según detalla, “probablemente un paciente que esté bien controlado, con una revisión una vez al año sea suficiente. En pacientes que han tenido muchos eventos, que no se ha conseguido un buen control del colesterol, habrá que individualizar el seguimiento y establecer unos controles por enfermería o atención primaria cada 3 o 6 meses”.
Otro aspecto a tener en cuenta, no sólo en la consulta de cardiología, sino también en la de atención primaria, es asegurarse de que el paciente entiende la importancia de su enfermedad y aclare todas las dudas que le puedan surgir. “Hay que adaptar el lenguaje a las condiciones de la persona que tienes enfrente. No todas tienen las misma educación o perfil psicosocial y también es parte de la Medicina poder transmitir para que cuando el paciente salga de la consulta lo haya entendido todo”, explica Campuzano. en su opinión, una buena forma de despedir al paciente es “¿ha entendido lo que hemos explicado, necesita preguntarme algo más, quiere aclarar algún aspecto?”.
La cardióloga asegura que la coordinación entre el hospital y atención primaria es cada vez más fluida. “No hay otra forma de trabajar si no es en equipo y de forma coordinada”, asegura. Cuando acaba la fase aguda de la enfermedad, quien va a hacer el seguimiento va a ser el médico de primaria, con lo que es fundamental que sepa al minuto lo que hace el paciente en esos programas de rehabilitación. “No solo hay que potenciar la primaria sino todos los recursos municipales que se tengan al alcance”. Campuzano señala que trabajar con los polideportivos municipales permite favorecer unos buenos hábitos de vida desde el entorno más cercano al paciente. Sara Domingo