La estrecha relación entre apneas nocturnas y patología cardiovascular
Un 60% de pacientes con arritmias, tanto auriculares como ventriculares, podrían presentar este trastorno
Más del 50% de personas con apneas del sueño no están diagnosticadas. Esta situación responde a varios motivos. De entrada, el ronquido, uno de los síntomas más importantes, nunca se ha tenido en cuenta como una condición patológica, Y, de hecho, no lo es. Sin embargo, representa un significativo marcador de riesgo. Cuando la persona que ronca interrumpe repentinamente la respiración por un breve intervalo de tiempo está teniendo una apnea del sueño, pero pocas veces se distingue esta diferencia entre el ronquido simple y el de apnea, aclara Josep Maria Montserrat, coordinador de la unidad de trastornos respiratorios del sueño del hospital Clínic de Barcelona. Por ello, suele ser la pareja quien detecta estos síntomas a través de la observación. La somnolencia diurna también es un signo característico.
Las apneas del sueño, a pesar de ser una patología subestimada, suponen un factor de riesgo de diversas enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurológicas. Las primeras son las más relacionadas hasta ahora. En un estudio que hemos publicado recientemente vimos que el uso de CPAP mejora la hipertensión refractaria, es decir, pacientes que pese a tomar dos o tres fármacos no consiguen controlar la enfermedad, explica Montserrat. Este especialista recalca que las apneas no sólo están relacionadas con patología cardiovascular, sino que suponen un factor de riesgo. También están relacionadas con una mayor incidencia de arritmias, tanto auriculares como ventriculares, aunque muy especialmente con las primeras.
Por ello, para valorar la correlación existente entre pacientes con apneas de sueño y arritmias, se puso en marcha el estudio RESPIRE, liderado por el cardiólogo Julio Martí, jefe de sección de arritmias del Hospital del Mar de Barcelona. En él participarán más de 1.000 pacientes a los que se les va a implantar un marcapasos bicameral, ya sea por bloqueos auriculoventriculares o disfunción sinusal, y que no disponen de un diagnóstico previo de apneas del sueño.
Estos dispositivos, a diferencia de los convencionales, incorporan un sensor de movimiento y uno de volumen respiratorio, que permite detectar el grado de apneas. La edad media en que se implantan los marcapasos es de 70 años. Sabemos que aproximadamente el 50% de las personas tienen apneas del sueño a esa edad, por lo que probablemente la relación entre el trastorno respiratorio y las arritmias se vea en el 60% de los casos, apunta Julio Martí. Seguramente, tal y como explica este especialista, se verá una mayor carga de arritmias en los participantes que presenten apneas. Si demostramos esta relación, y las arritmias además se relacionan con mayor comorbilidad y mortalidad cardiovascular, podremos concluir que los pacientes con apneas del sueño necesitan un mayor control y, en algunos casos, tratamiento precoz mediante anticoagulantes, explica Martí.
El marcapasos almacena la actividad respiratoria nocturna diariamente, por lo que excepto en algunos casos, no será necesaria la polisomnografía. Si los resultados son los esperados, el marcapasos con sensor respiratorio podría considerarse una buena alternativa al diagnóstico estándar y la apnea del sueño pasar a ser considerada como un factor de riesgo cardiovascular, que además influirá en el tratamiento. Y es que, señala Martí, si tratas las apneas del sueño, indirectamente estás incidiendo en menos arritmias. Asimismo, Montserrat recuerda que el marcapasos también puede revelar si el tratamiento con CPAP funciona correctamente, necesario en apneas obstructivas, que representan el 90% de pacientes. Esta sería, quizás, una segunda parte del estudio.